One.

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Las luces del lugar eran fuertes, mientras la música sonaba a todo volumen y reventaba en sus tímpanos, su letra explícita queriendo hacerlo vomitar en cualquier momento.

No era partidario de las fiestas, aunque le gustaba bailar y era uno de sus hobbies número uno, odiaba ese ambiente. La gente sudorosa frotándose entre sí, las luces de colores mareándolo, el olor a sexo y alcohol. No era lo suyo, para nada.

Más tuvo que asistir a esa fiesta de universitarios mucho mayores que él porque su mejor amigo Kim Sunwoo le insistió, y no pudo negarse a sus pucheros.

Sunwoo era dos años mayor que él, estaba en segundo año de derecho, cuando él estaba en primero. Se conocen gracias a que ambos eran vecinos desde que tiene memoria y nunca se separaron. Y, en consecuencia, solía invitarlo a fiestas donde habitaba gente mucho mayor que él, pero nada comparado con esta.

Anteriormente, su entorno había estado lleno de gente mucho mayor que él, sus hermanos siempre traían a sus compañeros de clase a casa y los conocía gracias a ellos, igualmente asistía a fiestas que ellos mismos le invitaban. Pero ahora, no se sentía del todo cómodo ahí.

Eran varios de último año, entre las facultades de derecho, medicina, arquitectura y diseño gráfico. Y él era el único de primer año de diseño gráfico allí.

Sunwoo bailaba con la principal razón por la cual habían asistido —Sunwoo, porque él había sido obligado por el primero y su otro mejor amigo; Yang Jungwon—, y él tomaba algo de alcohol sentado en el sofá junto a Jungwon.

Su ceño se mantenía fruncido mientras observaba como claramente aquel flacucho pelinegro no quería tener mínimo contacto con un chico de segundo año, pero ahí estaba Sunwoo, intentando encantar con su sonrisa y ojos al chico de último de medicina; Park Sunghoon.

Desde que Sunwoo había entrado a la universidad había quedado flechado por ese idiota, que no hacía otra cosa que ignorarlo, a su punto de vista. Y, aunque varias veces Jungwon y él le hayan insistido en dejar de perseguirlo y buscarse a alguien que sí le hiciera caso, Sunwoo era sorprendentemente terco.

Y se encontraban ahí, Jungwon enterrado en su celular hablando con su novio y él aburriéndose a morir mientras aceptaba cada trago que le ofrecían.

Se había negado a bailar con demás chicos que querían hacerlo porque no estaba de ánimos, ese día lo había pasado de lo peor y la mejor solución de su mejor amigo fue "Vamos a la fiesta de Sunghoon por su cumpleaños" para subirle el ánimo, cosa que no estaba sucediendo.

La fiesta había sido en un club nocturno y le sorprendía el hecho de que a Sunwoo se le fuera enviado una invitación cuando Sunghoon ni le miraba en los pasillos. Era extraño, más no decidió preguntar porque no estaba de ánimos.

Desde que se levantó su día había sido una catástrofe, Hyunjin, su hermano mayor, había derramado mermelada en su camisa favorita en el desayuno, y Yeji, su otra hermana mayor, se había despertado de un humor de mierda y no sacó a Bisco a pasear para que hiciera sus necesidades, este se cagó en plena sala de estar en su departamento compartido como era de esperarse y él tuvo que limpiar.

Para colmo, yendo a la universidad, sus bocetos se habían quedado en su departamento antes de salir y hoy tenía esa evaluación, en especial. Como sí el universo hubiera conspirado para hacerlo enojar.

Y ahora estaba ahí, sentado, aburrido, escuchando como Jungwon no paraba de reírse por celular sobre cualquier estúpidez que Park Jongseong le estaba contando sobre su día.

Inhaló y exhaló, escuchando como la canción cambiaba a una menos explícita y sonrió, más tranquilo.

Aceptó el otro trago que el mesero le ofrecía, sin medir que mañana tenía universidad. Hoy se sentía muy cansado como para pensar en algo que le cause estrés y un trago le caía muy bien.

The Bathroom.『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora