Two.

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—¡Hwang Riki! ¡¿A qué hora llegaste anoche?! —gritó una voz femenina, haciéndolo abrir los ojos del golpe.

El sol golpeó contra sus ojos, soltando un leve quejido por la intensidad de este más el dolor de cabeza ensordecedor que tenía. Masculló una maldición y alzó la cabeza, observando el rostro de su hermana mayor.

—Buenos días, alegría —dijo con voz ronca, bostezando—. Qué linda estás hoy, Yeji-ssi.

La aludida le miró molesta, cruzándose de brazos sobre su pecho, su cabello rubio húmedo cayendo en apenas perceptibles rizos sobre sus caderas. No sabía qué hora era, pero si Yeji estaba en casa, posiblemente era la tarde.

—No me adules, Riki. Sé que no fuiste hoy a la universidad. —dijo su hermana mayor, acomodando el desastre que tenía en su habitación, recogiendo sus zapatos regados y ropa sucia.

—Sí, qué bueno. —respondió sin interés, volviendo a taparse con las sábanas hasta la cabeza. No quería escuchar los reclamos de mamá Yeji.

—Espero lo hayas pasado bien en tu fiesta, no sales mucho —expresó lo de siempre, pasando la aspiradora por debajo de su cama—. Qué bueno que Sunoo te haya sacado de tu encierro, le debo un "gracias".

—Sí mamá te escucha te lanza un zapato, sabes lo anticuada que es.

Yeji rió.

—Yo soy tu mamá —dijo, su voz algo apaciguada por el sonido de la pequeña aspiradora—, y quiero que salgas, no quiero que seas un universitario frustrado que no disfrutó de su juventud.

—Ya sé, mamá Yeji —respondió Riki, saliendo de su escondite entre las sábanas—. ¿Y papá Hyunjin? No lo he escuchado gritar en todo el rato.

—Salió con Christopher —alegó, besando su frente con cariño—. Dejó algo de comida hecha, espero no esté asquerosa. Compré sandía, para ti. —indicó, acariciando con una mano el desastre de rizos que era ahora.

—Te amo, mamá Yeji. Cuidas bien de mí. —bromeó.

Yeji empujó su cabeza riendo, siempre solía bromear con eso de que ella era su mamá y Hyunjin su papá, ya que desde que tenía catorce ellos cuidaron de él cuando sus padres empezaron a viajar por trabajo.

—¿Qué hora es, Yeji? —preguntó, estirándose en su cama sin mínimas ganas de levantarse de ella.

—Cerca de las cinco de la tarde, dormiste mucho —alegó Yeji, metiendo toda la basura en una bolsa. Sus hermanos eran un desastre—. No te sentí llegar, ¿con quién llegaste?

—Un amigo de Sunghoon me trajo, mientras Jungwonnie y Sunoo se iban a disfrutar de su cogida —alegó, levantándose finalmente de la cama—. Saliste temprano de la universidad hoy. —agregó.

—Síp, quise pasar tiempo con mi hermanito pero lo encontré durmiendo como un puerco.

—Estúpida. —dijo riendo, levantándose de la cama para hacer su aseo personal.

—¿Tienes planes hoy? —preguntó, su voz apaciguada por estar encerrado en el baño privado de su habitación.

—No —respondió—. Además, acabo de salir, ¿por qué quieres que salga de nuevo? —farfulló, tomando el papel higiénico.

Yeji abrió la puerta sin previo aviso, haciendo que suelte un grito exagerado por su intromisión de la nada.

—Tus notas son buenísimas, Niki. Los profesores te aman. Estoy segura que te graduarás con honores. Diviértete un poco. —comentó, empezando a limpiar el espejo del baño y el lavabo.

The Bathroom.『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora