Fourteen.

472 68 14
                                    

Jake♥︎:
¿Estás molesto conmigo?

¿He hecho algo mal?

¿Estás bien?

—¡¿Cómo es posible que estés evitando a Jake?! —gritó la fémina, jalando uno de sus rizos mientras mordía su labio sin cesar, totalmente nervioso.

—N-No, no lo estoy evitando —mintió, mirando el desastre que era su mesa por sus cuadernos regados y demás libros—. Sólo he estado algo ocupado, y lo sabe.

—No, no lo sabe —negó Yeji, sentándose enfrente del rubio menor—, ¿tú crees que no he visto como viene en su motocicleta todos los días y se queda allí, esperando a que tú salgas?

Riki mordió con lago de fuerza su labio inferior, sintiendo el sabor metálico bajo su paladar, entiendo que debía de parar de morder sus labios por la ansiedad o terminaría con mucho dolor.

—Es que... —susurró, sin quiera saber que responder a eso.

—Niki, ¿tú te sientes bien? Llevas por lo menos una semana sin hablarle, y cada segundo miras tu celular. ¿Qué hay ahí? —husmeó la rubia, mirando por encima la pantalla encendida del aparato, mostrando varias notificaciones sin leer.

Riki tomó su celular y lo escondió en su bolsillo, para que su hermana mayor no observara el montón de mensajes que Jake dejaba a diario y que no respondía. Llamadas, mensajes de voz, mensajes de texto... ninguno era respondido.

Yeji hizo un mueca, más desanimada que antes, su ceño cayendo en una mueca decepcionada de la nada.

—¿Te cansaste de él, cierto?

—¡No! ¿Cómo crees? —farfulló nervioso, jugando con su mechón de cabello rubio frenéticamente—. Es que he estado estresado con la entrega de mi primer parcial y saber si pasé la materia o no, siento ansiedad de sólo pensar en eso.

—Te conozco, Niki, algo más sucede —insistió Yeji, acariciando el dorso de la mano del rubio con cariño—, esto no es sólo por la materia que piensas que vas a reprobar, ¿verdad?

Riki rascó con una mano su brazo, sintiéndose algo aliviado cuando la piquiña fue cesando por sí sola.

—Yo... besé a Jake.

Los ojos de Yeji se abrieron como platos, totalmente sorprendida y aturdida, sin poder creerlo. Ella sabía que Riki veía algo especial en Jake que no lo dejaba apartarse, pero no sabía que aquello llegaría a gusto para que Riki hubiera besado al ojiverde así como así, conociendo lo tímido que era para eso.

—¿Y qué pasó? ¿Respondió mal y por eso no le hablas? —indagó, preguntando lo obvio. Aunque con Riki nunca se sabía, era una caja de sorpresas.

—Es que sólo lo besé y ya, fue un toque inocente, corto... y siento que él ya no quiere ser mi amigo porque arruiné nuestra amistad confundiendo una situación que no tenía pies ni cabezas y yo...

—Hey, hey, Niki —interrumpió su hermana, tomando sus mejillas con ambas manos, para que lo mirara—. Relájate, respira y escúchame. —pidió en un tono calmo.

Riki miró fijamente a su hermana, controlando toda su avalancha de pensamientos consecutivos con millones de voces seguidas que lo aturdían y no lo dejaban concentrarse en sus clases. Era uno de los malos hábitos que quedaba después de pasar años con ansiedad; sobrepensar las cosas.

—A ver, ¿qué te hace pensar que él ya no quiere ser tu amigo? —preguntó, en un tono suave cuando ya se hubo calmado—, porque según yo, te viene a buscar, sé que te llama y te escribe y tú no le respondes, quizás piensa que hizo algo mal contigo y quiere disculparse. ¿No has pensado en eso?

The Bathroom.『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora