Los pájaros cantaban afuera mientras el cielo se iluminaba de a poco. Era muy temprano y aún no salía el sol. A su nariz llegó un aroma conocido, picando, y frunció el ceño, removiéndose en su lugar para despertarse.
Abrió los ojos lentamente, fijando su visión a sus alrededores para verificar dónde estaba y despertar sus pensamientos de a poco. Se estiró en la cama, notando que estaba vacía y que le quedaba muy grande, en comparación a la suya que era un poco más grande que las individuales comunes. No como esa.
En el balcón de la habitación se encontraba el ojiverde, expulsando humo como una chimenea. Sonrió adormilado y se colocó de medio lado en el colchón, olfateando las sábanas oscuras que lo cubrían, algo desastrosas.
Delineó la espalda fuerte del mayor apoyado del barandal del balcón; cargaba una chaqueta negra de vestir arremangada hasta sus codos, y sus típicos pantalones apretados rotos a la rodilla resaltando sus fuertes piernas.
Mordió su labio inferior con las mejillas sonrojándose de a poco, apretando sus piernas desnudas entre sí. Esa imagen ayudaba a su calambre matutino, sin duda.
Soltó un bostezo involuntario y llamó la atención del otro sin querer, observándolo voltearse rápidamente para verlo.
Sus ojos verdes conectaron con los suyos y le regaló una dulce sonrisa, dándole leves golpes a su cigarro para tirar la colilla.
—Buenos días, dulzura. Ya iba a ser hora de despertarte, me ganaste.
Correspondió a su dulce sonrisa de la misma forma y rascó su ojo derecho con su mano, para quitar los indicios de legañas.
—Buenos días, Jake. ¿Lograste dormir?
El ojiverde hizo una mueca, dándole una última calada a su cigarro para tirarlo balcón abajo, y avanzó hasta la cama, sentándose a su frente.
—No mucho, creo que fueron tres horas y es demasiado —respondió—. No importa, me entretuve viéndote dormir.
Se sentó en la cama, acomodando la camisa del contrario que había usado como pijama y echó un mechón de su cabello rizado detrás de su oreja.
—Me preocupa que no duermas, deberías tomar tus pastillas —expresó Riki, acercándose al ajeno—. Hoy tienes trabajo y no quisiera que estuvieras cansado en tu primera jornada.
Jake sonrió, acariciando el muslo desnudo del rizado con una mano, mientras agitaba su cabeza negando.
—Tranquilo, ricitos. Estaré bien, me siento acostumbrado a eso y capaz cuando llegue en la tarde duerma un poco.
—Que te sientas acostumbrado no quita que no sea sano. —insistió Riki, apretando sus labios en una fina línea.
—Ya, mejor vayamos a desayunar, aún es temprano para que vayas a la universidad y no entro a mi trabajo hasta las nueve, pero deberíamos ir a comer. —dijo Jake, levantándose de la cama mientras acomodaba su camisa sencilla blanca dentro de sus pantalones, para lucir formal aunque no esté utilizando ningún tipo de prenda seria además del saco negro.
—¿Qué hiciste de desayuno? —preguntó el rubio, alzando una ceja incrédulo—, no quemaste la casa, ¿verdad? —mofó.
El castaño hizo una mueca burlándose de él, sacándole la lengua infantilmente. Rodó los ojos riendo.
—No quemé la casa, qué gracioso —dijo irónico—. Hice mi obra maestra, lo mejor que me sale.
—¿Ramyun instantáneo a las seis y algo? —adivinó Riki, sin saber qué hora en realidad era.
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The Bathroom.『Jakeki』
FanfictionJake y Riki se conocieron en el baño de una fiesta. Shipp principal: Yunki. Jake x Riki. Menciones de otros shipp's. >>Angst. >>Temas sensibles. >>Fluff. >>Menciones breves de temas explícitos. >>Lenguaje vulgar. Esta historia no es creada para of...