Final.

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"Te amaré incluso si mi corazón deja de latir".

Abrí mis ojos de golpe, respirando inestable y mirando todo a mi alrededor anonadado. Mi visión fue cegada por una potente luz que emanaba del techo de la habitación en la que estaba y todo dio vueltas.

Empecé a toser cuando sentí una intervención en mi garganta que me daba náuseas de lo profundo que estaba. Mi garganta dolía al hacer sonidos pero solamente quería toser.

Una cabeza se movió a los lejos de lo que podía ver, despertándose, al parecer se dieron cuenta que estaba despierto y fueron a buscar ayuda. Estaba muy concentrado en querer vomitar que ni siquiera me interesó, sólo quería que me sacaran este tubo de la garganta cuanto antes.

—Amor, respira, con calma. Ya te van a sacar eso. —comentó una voz femenina que yo conozco, pero no pude traducir el sonido del todo porque tan pronto como mi visión se fue aclarando una terrible punzada atacó mi cabeza.

Me sacaron finalmente ese tubo de la boca y pude toser con total libertad, las náuseas yéndose y sólo quedando la rasposidad en mi garganta. Una linterna alumbró mis ojos y me cegaron por momentos, haciéndome ver puntos de todos los colores inexistentes.

Arrugué el ceño cuando la alejaron de mí y sentí toqueteos por todo mi cuerpo. Me asusté, pero al ver a una señora con una bata blanca revisándome guardé mis quejas para otro momento.

Carraspeé intentando aclarar mi voz y enfoqué mi visión, buscando a la dueña de la voz que buscó ayuda para mí.

Encontré los ojos asustados y preocupados de mis hermanos, iguales a los míos, mirándome con profundidad y con millones de cosas queriendo ser dichas pero sus labios ni siquiera moviéndose.

—¿D-Dónde estoy? —pregunté, mi voz saliendo ronca mientras trataba de ubicarme y saber qué mierdas había ocurrido. ¿Por qué estaba así y me sentía tan mal?

—Estás en el hospital, calabaza. Tuviste un accidente —respondió Hyunjin, sonriéndome con algo de tranquilidad al verme hablar—. Sufriste un derrame interno, tu riñón derecho se perforó, tuvieron que sacarlo, casi pierdes una pierna y estuviste en coma durante tres semanas. L-Los doctores dijeron..., d-dijeron que quizás no ibas a despertar, pero ésta última semana tu actividad cerebral fue asombrosa y ahora despertaste. Pensamos lo peor. —explicó.

Parpadeé varias veces, procesando la información que se me era dada porque mi hermano mayor no era el más lento explicando, sumándole que todo me daba vueltas, hasta que logré conectar los cables en mi cabeza.

Fugaces recuerdos de aquella noche detuvieron mi corazón por un momento y todo volvió a mi como un torbellino. Yeji, mamá, papá, sus comentarios, lluvia, Jake...

Dios mío.

Jake.

—¿D-Dónde está?

—¿Q-Quién? —titubeó mi hermana, mirándome expectante, pero sabía que su mirada escondía algo más.

—J-Jake —puntualicé—, ¿dónde está? ¿Cómo está? ¿Puedo ir a verlo?

Ambos guardaron silencio por unos segundos, frunciendo el ceño para luego compartir miradas cómplices entre sí. Hyunjin me miró.

—Ni-ki, respira, ¿sí? Todo está bien. —respondió, pero eso no me pareció suficiente.

—¿Él está bien? Perdí la noción cuando estábamos en la ambulancia pero sé que los paramédicos estaban reviviéndolo —dije rápidamente, intentando esclarecer mis ideas—. Sunghoon-hyung me recibió, recuerdo que dijo que iba a operarlo, que no me preocupara. ¿Cómo está? ¿Puedo ir a verlo? —indagué, ansioso y asustado. Tenía que corroborar que Jake estuviese bien.

The Bathroom.『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora