The Bathroom.『Jakeki』

Fourty Nine.

Sabía que su novio estaba loco, demente, zafado de unos cuantos tornillos cuando entró a su edificio sin ningún miedo e incluso lo besuqueaba cada que podía. Sinceramente, no entendía ni llegaría a comprender como es que Jake estaba tan tranquilo cuando él quería tirarse en lo alto de la azotea.

Abrió la puerta de su departamento con sus llaves y entró con sigilo, dejando sus zapatos en la entrada e intentando prácticamente caminar sin respirar para ver si así no hacía ruido, pero de nada servía cuando claramente tendrían que hablar con Hyunjin y Yeji sobre ésa situación. Y aún no tenía planeado qué mierdas le diría a sus hermanos mayores.

—Ni-ki, ¿dónde se supone que en realidad estabas? Tú... —la voz de Hyunjin hizo acto de presencia en la sala de estar mientras él entraba, pero detuvo sus palabras al procesar lo que sus ojos veían—. ¡Tú...! ¡¿Qué carajos haces con Ni-ki?! ¡Desgraciado cara dura!

Las cosas habían sucedido muy rápido cuando pudo reaccionar, Jake se encontraba en el suelo por el puñetazo que recibió por parte de Hyunjin en el rostro y con claras intenciones de seguir golpeándolo lleno de rabiar. Se metió en el medio y empujó a un lado a su hermano, evitando que se acercará al pelinegro.

—¡Hyung! ¡Basta! ¡¿Por qué lo golpeaste?! —gritó casi histérico, haciendo su mejor esfuerzo de detener el gorila de su hermano enojado que quería darle la paliza del año a su novio.

—¡¿Por qué no, digo?! ¡¿No recuerdas todo lo que te hizo pasar este imbécil?! ¡Cuando enfermaste por él! ¡Cuando llorabas hasta deshidratarse! ¡¿Ya no recuerdas eso?! —vociferó su hermano mayor, señalando con un dedo acusatorio al pelinegro detrás de él.

—¡Obvio que lo recuerdo, pero todo fue un mal entendido! ¡No es su culpa! —respondió, intentando mediar en lo posible con la fiera de su hermano—. ¡Déjalo!

—¡¿Qué sucede aquí?! ¡¿Por qué gritan así?! —Yeji entró en la escena, despeinada y con su pijama de unicornios bastante abrigada por el frío invernal que hacía desde temprano—. ¡¿Qué demonios hace Jake aquí, no que terminaron?!

Hyunjin sorbió sus mocos en un ademán molesto, separándose finalmente de su hermanito pequeño y mirándolo con enojo, hasta cierto punto decepción.

—Le perdonó todo, volvieron. —dijo, señalando con un dedo a Jake inmóvil detrás de Riki.

—¡Eso no es asunto de ustedes si yo decido volver con Jake y no! ¡Es mi vida! —chilló, tomando la mano del pelinegro detrás de él cuando sintió que las lágrimas humedecían sus ojos.

—¡¿Es que no somos tus hermanos ahora?! ¡¿Nos vas a cambiar por un hombre?! —reclamó Hyunjin, tomando sus cabellos largos con ambas manos, rojo de la ira.

—¡No los estoy cambiando por nada, por dios! —gritó, tragando el nudo en su garganta con gran dificultad—. ¡¿Y si dejan que les expliquemos primero?! —pidió, al borde del llanto.

—Vamos a calmarmos aquí mejor —interrumpió Yeji, caminando hacia ellos y tomando de una mano a Jake—. Mira nada más esto, ¡Hyunjin-oppa, la violencia no es la solución a todo lo que no puedes controlar! —reclamó, toqueteando su pómulo bastante hinchado con sus finos dedos.

Jake se quejó y se encogió en su lugar, sin ser capaz de hablar. Tan parlanchín que era y se había quedado totalmente mudo después del gancho derecho que su cuñado le dio.

Nadie dijo más nada de ahí y Yeji empujó con cuidado a Jake hasta la cocina, buscando una bolsita y metiéndole cubos de hielo, para ponerla con cuidado en el pómulo de este. El pelinegro volvió a quejarse apretando los ojos con fuerza. Hyunjin le había dado un gran golpe.