Four.

616 61 10
                                    

—Jay quiere invitarme en navidad a casa de sus padres, en Estados Unidos, para hacernos más cercanos —alegó el pelinegro, dándole el dinero a la señora que atendía el cafetín universitario—. El problema es que no manejo muy bien el inglés, y sus padres no hablan coreano del todo bien, y no quiero que él haga de traductor, me sentiría horrible. —expresó.

Los tres caminaron hacía las mesas del fondo de la cafetería, con sus bandejas de comida a la mano y aprovechando en lo más que podían su receso ya que después tendrían que ir a sus respectivas facultades y no se verían hasta la salida, si sus horarios coinciden.

—¿Por qué no dejas que Jay traduzca? No lo veo quejándose de eso. —siguió Riki, sentándose cerca de la pared para empezar su ansiada comida. Moría de hambre.

—Eso sería muy egoísta de mi parte, Niki —dijo Jungwon, rodando los ojos—. Sé que Jay se fastidia a veces con eso, cuando hacemos llamadas con su hermana o con sus padres, pero no me lo dice, porque él cree que yo no me doy cuenta, pero sí.

Jungwon comió de su arroz, sus mejillas abultándose tiernamente y sus ojos desapareciendo de su rostro.

—Eso es amor. —comentó Sunwoo, aplaudiendo emocionado.

—No, se llama "no quiero decirle al enano de mi novio que aprenda a hablar inglés porque me deja en abstinencia" —refutó Riki, tomando con sus palillos su pollo en trozos.

Sunwoo miró mal a uno de sus mejores amigos, dándole un golpe en la cabeza con su tenedor sin usar. Para después comer de su spaghetti con albóndigas.

—No dañes mi ilusión —masculló Sunwoo, haciendo un puchero—. Jay-hyung hace ese tipo de cosas porque ama a Jungwonnie-ah y quiere que sus padres tengan una buena relación con él, porque Jungwonnie-ah va a ser la mamá de sus cincos hijos. —explicó, estirando sus labios en un ademán.

Riki empezó a reírse a carcajadas, llamando la atención de varios en el cafetín, pero sin prestarle mucha atención. Jungwon se sonrojó, comiendo su comida para disimular su vergüenza.

—¡Ay, por favor, Sunoo! —exclamó, cohibido—, no vamos a tener cinco hijos... —añadió, en un susurro, desviando la mirada.

—¿Cuántos tendrán, entonces? —preguntó Riki, empujando el hombro de Jungwon a su lado.

—Yo dije que dos y él quiere seis. —bisbiseó, llenando nuevamente sus mejillas de arroz para no seguir respondiendo.

El rizado tiró de su cabeza hacía atrás, volviendo a reír, mientras que Sunwoo soltaba chillidos contento, aplaudiendo.

—¡Yo sabía que ya habían hablado de tener hijos! ¡Yo seré el padrino! —exclamó contento el peliblanco, masticando parte de su albóndiga.

—¡¿Tú de qué te ríes, idiota?! ¡Es normal las parejas hablen sobre su futuro! —reclamó Jungwon, dirigiéndose al rubio que no paraba de reír.

—Estoy seguro que Jay-hyung quiere tener todo un equipo de fútbol contigo. —comentó Riki, limpiando las lágrimas involuntarias que salieron de sus ojos.

—¿Y qué tiene? Es lindo —apoyó el romeo del siglo XXI; Sunwoo—. Con los años que tienen juntos es normal que Jay-hyung quiera idealizar una familia junto a Jungwonnie-ah. Las parejas, después de unos años juntos, empiezan a pensar en eso, pero como tus relaciones no pasan de unos meses, Niki, no sabes eso.

—Bueno, perdón por aburrirme de la gente rápido. —dijo con ironía.

—No se metan conmigo y mi linda relación estable, soy el único que ha durado años con alguien —pidió Jungwon, bebiendo de su té helado—. Pienso que lo nuestro de verdad será hasta que la muerte nos separe.

The Bathroom.『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora