Nine.

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La relación con sus padres siempre había sido tensa y para nada agradable, después de haber salido de clóset ellos habían dicho y hecho cosas que rompieron su relación. Aunque ya las cosas estaban algo tensas cuando sus trabajos los consumían y empezaban a viajar, dejándolos solos en casa.

Eventualmente, la confianza se rompió y todo tipo de cariño y apego desapareció. Sus padres eran los típicos cristianos retrógrados que llamaban a la homosexualidad como una enfermedad. Su padre aún no lo podía aceptar y siempre le preguntaba si había conocido a alguna chica que le gustase. Su mamá, en cambio, le daba esa fantástica charla —nótese el sarcasmo— sobre que Dios y en su creación hizo hombre y mujer y bla, bla, bla... Cansándolo con sus incómodas, y hasta cierto punto, hirientes charlas.

Las navidades deberían ser agradables, en familia, pasando un buen rato, pero no lo era así, menos con sus padres presentes. Estaba seguro que pasar la nochebuena con sólo sus hermanos sería suficiente, la pasaría mejor.

Había un silencio incómodo en la mesa mientras los cinco comían de la cena navideña, las decoraciones del departamento no pudiendo hacerlo de algo ameno ya que sus padres estaban a su frente, escudriñándolo con la mirada.

—Niki me ayudó con la cena —Yeji rompió el incómodo silencio, sonriendo suave o intentando hacerlo—; hizo la ensalada y parte del asado, le quedó muy bien, ¿no es así?

—Es decente. —respondió su madre, frívola como siempre, mientras picaba con sus cubiertos parte de la carne.

Un nuevo silencio se instaló en la sala de estar, donde estaban comiendo, gracias a que su madre había matado audazmente la conversación.

Quiso contenerse de no hacer tanto ruido mientras picaba su carne, porque la ira empezaba a subir por sus mejillas gracias a la hermosa conversación de su madre y su amena mueca mientras le miraba.

Que se note el sarcasmo.

Masticó sin ganas el trozo de carne, intentando desviar su mirada a todos los lugares posibles excepto a sus progenitores a su frente. En estos momento deseaba huir en la motocicleta de Jake a toda velocidad sin importar el vértigo que le ocasionaba.

Un cosquilleo se instaló en su esófago, con un calor exorbitante subiendo por sus mofletes. Miró su plato sin entender e hizo una mueca disimulada, ¿qué hacía pensado en Jake en nochebuena?

Mordió su labio inferior, tratando de disimular todas sus emociones alocadas para que su madre no empezará una pelea en la mesa por "¿de qué te ríes, niño insolente?".

Dios, quería irse ya.

—No, sinceramente no puedo —interrumpió Hyunjin, dejando su plato de comida a un lado y levantándose de la mesa—. Con permiso, me largo. —avisó.

—Hyunjinnie-oppa...

—¿A dónde vas, Hwang Hyunjin? —preguntó su madre, interrumpiendo abruptamente la súplica de Yeji a su hermano mayor para que se quedará.

—A donde no te interesa, madre —respondió tajante, tomando su abrigo encima del espaldar de la silla donde anteriormente estaba sentado—. No aguanto el ambiente agobiante con ustedes aquí. Se supone que las navidades deberían ser lindas, no esta porquería.

La mujer rubia iba a refutar, su rostro de piel blanquecina tornándose rojo de la ira por la rebeldía y desfachatez de su hijo mayor, más no alcanzó porque Hyunjin ya había salido del departamento de un portazo.

—Esto jóvenes de hoy..., cada vez más insolentes. —comentó su padre, limpiando sin ganas su boca con la servilleta de tela.

—Uno homosexual y ahora uno rebelde —dijo la mujer mayor, con veneno destilando—. Somos sus padres, deberían respetarnos.

The Bathroom.『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora