Twenty Two.

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Abrió los ojos por el sol que pasaba por su ventana, elevando una queja. Se estiró en su lugar, tirando las almohadas que habían a sus lados.

Hizo una mueca cansado aunque recién estuviera despertando, levantándose de su cama y observando todo a su alrededor. La claridad impactando contra sus orbes obligándolo a cerrarlos.

Ladeó la cabeza al sentir un peso extraña en la cama y encontró a su hermano mayor durmiendo, abrazando a Kkami en su pecho. Frunció el entrecejo confundido de verlo allí y se acercó a él.

Anoche, según de lo que recuerda, Hyunjin no llegó aunque le hubieran escrito y llamado. Estaban muy preocupados y casi no durmieron. No supo ni a qué hora pero Hyunjin ya había llegado, incluso estaba durmiendo a su lado.

Hizo una mueca irritado. Aún no olvida cómo su hermano mayor hizo una escena frente a Jake; su novio. Sentía una vergüenza inmensa de verle la cara al ojiverde después de aquello. Aunque Jake no habló más de ese tema, ni siquiera lo tocaron, se sentía meramente apenado por la boba escena.

Se acercó a su hermano mayor y lo olisqueó, notando el aroma a alcohol que desprendía. Arrugó su nariz asqueado, pero aún así se acercó a su mejilla y la besó, sonriendo con suavidad. Amaba a su hermano mayor, aún sea un idiota.

Se levantó de su cama, caminando a paso lento hacia el baño, para hacer su aseo personal. Notando las grandes bolsas oscuras debajo de sus orbes y su aspecto casando. Entendió finalmente lo que le hizo sentir a sus hermanos cuando desapareció.

Maldito Hyunjin.

Secó su rostro con una toalla y no se preocupó en cambiarse de ropa, se sentía muy cómodo con su pijama como para cambiarse. Quizás era por el simple hecho de que desprendía del aroma común del castaño porque era su camisa.

Mordió su labio inferior sonriendo.

Sí, empezaba a extrañarlo aunque sólo haya pasado un día.

Salió de su habitación, guiado por el aroma dulce de la cocina. Llegó hasta allá y le sonrió a su hermana, quien aún usaba su pijama corta por el leve calor que hacía últimamente mientras tomaba café viendo su celular.

—Buenos días. —saludó Riki, yendo hasta donde su hermana y abrazándola por detrás.

—Tardes —corrigió Yeji en una risotada, algo confundida por su arranque de amor—. ¿Cómo dormiste, amor? —preguntó, volteándose para darle un beso en la mejilla.

—Vaya, pensé que era más temprano —dijo Riki, frotando sus sienes para terminar de despertarse—. Hyunjin llegó anoche, no sé a qué hora pero llegó. Se quedó durmiendo conmigo.

Yeji suspiró, acercándose hacia la cocina para revolver algo que estaba sobre la estufa. Además de otra cosa que se estaba cocinando en el horno, tal vez era un pastel o algo dulce por el aroma que desprendía en toda la cocina.

—Sí, llegó a mi habitación primero, ebrio, pero lo lancé hacia otro lado para que dejará de ser idiota —alegó la rubia, rascando su cabeza con una mano—, pensé que iba a ir a su habitación pero terminó en la tuya. —añadió, rodando los ojos.

—Ni me di cuenta cuando se metió en mi cama —dijo Riki extraño—. ¿Por qué demonios se fue a beber? Hyunjinnie-hyung no es de hacerlo. No muy seguido.

—Posiblemente, alguna ridiculez. Referente a ti y tu nuevo novio. —comentó Yeji, luciendo irritada también.

Riki iba a seguir el tema pero una voz alterna lo interrumpió:

—Oh, dios, mi cabeza está a punto de explotar.

Ambos voltearon rápidamente, fijando sus miradas molestas en el pelimarrón que llegó a la sala de estar, luciendo desastroso con su ropa mal arreglada y su cabello largo apuntando en todas las direcciones excepto una en específico.

The Bathroom.『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora