The Bathroom.『Jakeki』

Thirty Three.

Era la temporada de graduaciones, típico de Julio, pero siempre era un dolor de culo para Riki porque no había espacio en toda su universidad que no estuviera cubierta de papelillos o la tarima ceremonial en medio del campus. Molestoso.

Bufó, soplando el confeti encima de la mesa para poder comer con tranquilidad. A primera hora entregaron su nota final de segundo semestre y diría que se siente muy a gusto con su desempeño, es gratificante saber que todo el esfuerzo de sus hermanos estaba valiendo la pena.

Metió una cucharada de arroz a su boca, sumido en sus pensamientos. El sábado era la graduación de Jake y no tenía ni mínima idea de cómo vestirse o qué se supone que le iba a regalar, era su graduación, algo muy importante, tenía que darle algo significativo a que todo su esfuerzo no fue en vano. Pero no sabía qué.

¿Una guitarra nueva? No, ya el ojiverde tenía muchas y ni siquiera sabía la diferencia de cuál era cuál y qué les hacía especial una de la otra. ¿Un ramo cliché de rosas? No, conocía de las alergias de Jake, no podía regalarle eso amenos que quiera matarlo. ¿Llevarlo a comer? Le saldría demasiado costoso, a pesar de no tener tanto dinero, Jake seguía luciendo como el típico chico riquillo y tenía gustos muy excéntricos referentes a la alimentación aunque sólo ingiriera ramyun instantáneo. ¿Unas nuevas baquetas porque la semana pasada rompió las del mayor en sus clases de batería y no lucía contento? Debió usar las suyas, pero ya las había roto también. ¿Un tatuaje nuevo?

Dios, no sabía qué demonios regarle. Lo conocía tan bien que descartaba toda opción que llegaba a su cabeza porque sabía cómo era.

¿Un álbum de The Neighbourhood?

No, ya tenía todos los habidos y por haber.

¡Maldición! Jamás pensó que rogarle algo a Jake sería tan difícil.

—Niki, ¿me estás escuchando? —otra voz alterna interrumpió sus pensamientos de golpe, haciéndolo parpadear varias veces.

—Disculpa, Sunoo-hyung, ¿qué dijiste? —preguntó, agitando su cabeza suavemente para organizar sus pensamientos—. Me perdí por un momento.

—No me di cuenta —dijo irónico Sunwoo, rodando los ojos, mientras hacía una mueca irritado—. Estaba diciendo qué el domingo será la graduación de los de medicina, Hoonnie-hyung me dijo que los invitará.

—Ah —Riki asintió con la cabeza, comiendo de sus gimbap—. La graduación de Jake-hyung es este sábado, también me dijo que los invitará.

Jungwon rodó los ojos.

—No finjas con nosotros que los llamas de "hyung" porque en realidad nunca usaste honoríficos con él —comentó—. Eres un grosero.

Riki llenó sus mejillas de más arroz, sonriendo con suficiencia. A Jake ni siquiera le importaba que fuera irrespetuoso con él, la verdad, nunca usó honoríficos con él, ni desde que lo conoció.

—A Jake no le importa.

Sunwoo soltó un suspiro cansino, exagerándolo como siempre.

—Ojalá Hoonnie-hyung fuera así, se molesta si lo trato informalmente siendo aún pareja. Aunque es normal en nuestra cultura, posiblemente a Jake-hyung no le interese porque es extranjero.

—Jay-hyung es extrajeron y me mira raro cuando le digo "bro" —comentó Jungwon, enrollando sus spaghettis con salsa en su tenedor, llenando sus mejillas regordetas como un conejo.

—Es tu novio, ¡¿Cómo demonios lo vas a llamar "bro"?! —farfulló indignado Sunwoo, echando su cabello hacia atrás en un ademán exagerado.

—Llamándolo, duh —Jungwon rodó los ojos, haciendo una mueca con sus labios—. Mira, así. —el pelinegro sacó su celular de su bolsillo y marcó a un número, posiblemente el de su novio, colocándolo en altavoz.