—Estás extraño.
Alzó su mirada terminando de abotonar su camisa blanca, haciendo su intento por disimular el temblor en sus ojos ante la mirada sería que le otorgaba los ojos verdes al otro lado de la habitación.
Mostró una sonrisa nerviosa.
—¿Yo? ¿Por qué debería estarlo? —mintió, escondiendo sus emociones y aislándose en su dolor y para nada positivos pensamientos, como siempre.
—No lo sé, dime tú porqué deberías estarlo —respondió Jake, colocándose su saco negro y acercándose a él, lentamente—. Mamá te hizo algo. —no fue una pregunta, más bien una afirmación, seguro de sus expresiones y de cómo se comportaba en aquellas situaciones.
—Tu mamá no me hizo nada, amor. No te preocupes —mintió, soltando una risa que rozó lo falso y lo tranquilo—. Sólo quiero volver a casa, es todo.
—Ricitos, te conozco, mamá te hizo algo y eso no está en discusión —refutó el castaño, entrecerrando sus ojos—. Pero si no quieres hablar de eso, yo no te obligaré a hacerlo, pronto nos iremos y nunca más sabremos sobre este lío.
Asintió con la cabeza, peinando su cabello con una mano ya que no tenía intenciones de recoger sus rizos o despeinarlos más de lo que ya estaban. Jake se acercó y dejó un beso en su frente, dándole una suave caricia.
—Te ves espléndido, siempre me dejas sin palabras.
Sus mejillas adoptaron un color rojo algo suave, desviando la mirada cuando se sintió muy avergonzado. Jake encontraba todas las formas de hacerlo sentir cohibido.
—Qué mentira, tú siempre hablas. —replicó.
Jake rió, su melodiosa y ronca risa llenando todo espacio de aquella habitación algo vacía porque sus prendas estaban recogidas en maletas, para mañana salir a primera hora de nuevo a Seúl. El pecho de Riki se calentó, mirando a su ser amado.
Ojalá los momentos se pudieran capturar eternamente como fotografías, justo como ahora, la sonrisa de Jake, su aroma masculino y sus ojos brillantes mientras lo miraba, lo adoraban y añoraban. Él lo amaba tanto que se quedaba sin respiración, pero eso no importaba ahora, ¿sería lo suyo eterno o siquiera correcto?
Alguien como él y Jake..., anteriormente le parecía un sueño, y hoy era como una pesadilla por las dudas que habían en su cabeza.
Vivir pensando constantemente en si Jake era feliz a su lado, o si los dejarían vivir felices, no era vida. Necesitaba un respiro.
Bajaron hasta la fiesta, la música era aburrida, habían muchas personas allí, todas vestidas con lujosas trajes y dando miradas selectivas como regalo. Entre tantos riquillos se miraban y se juzgaban, ¿qué sería de alguien como él a su lado?
Ojalá sus patéticos padres hubieran pertenecido a una mafia o algo así, así jamás estaría viviendo esto, sintiéndose poca cosa por no tener el bolsillo gordo como esa gente.
—¡Ah, hombre! ¡¿Cómo estás?! —Heeseung se acercó a Jake, dándole un apretado abrazo y empezaron a hablar como si nada, tranquilos y sin preocupaciones.
Su mirada viajó al acompañante de Heeseung y forzó una sonrisa, encontrándose con una señorita posiblemente de la edad de Jake, delgada, bastante alta y de ojos negros, al igual que su cabello largo y espeso. Portaba un vestido azul oscuro con lentejuelas y la clase desbordaba en ella.
Era la novia de Heeseung.
—Hola. —saludó, al darse cuenta que su novio y Heeseung se habían ido a su mundo hablando en su idioma natal.
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The Bathroom.『Jakeki』
FanficJake y Riki se conocieron en el baño de una fiesta. Shipp principal: Yunki. Jake x Riki. Menciones de otros shipp's. >>Angst. >>Temas sensibles. >>Fluff. >>Menciones breves de temas explícitos. >>Lenguaje vulgar. Esta historia no es creada para of...