Tomó una bocanada de aire mientras se mentalizaba lo que iba a suceder a continuación; él iba a tocar el timbre de aquel departamento, iba a saludar a Jake, e iban a estar juntos los próximos tres días. Iban a salir de casa quizás no a la misma hora, pero juntos, luego iban a volver a verse en el mismo lugar, donde cenarían juntos y compartirían una cama. Sonaba sencillo, tranquilo, ya lo habían hecho antes.
Pero eso no quitaba el nerviosismo que sentía en su estómago. Para nada.
Reunió sus fuerzas y tocó el timbre del departamento, con su bolso en su espalda y Bisco en sus manos. ¿Por qué demonios se había traído a Bisco, en primer lugar?
Se escucharon unas risas del interior de aquel departamento no tan desconocido, ambas masculinas, y frunció el ceño. Luego el sonido de unas llaves y como, posiblemente Jake, corría hasta la puerta.
La susodicha fue abierta y mostró al castaño, despeinado, sin camisa y echando humo como una chimenea, como siempre. Recién llegaba del trabajo.
Era poco decir que lo extrañaba, siempre lo hacía. Y le daría un beso como saludo, de no ser que al otro extremo de la sala había un chico pelirrojo sin camisa y fumando.
—¡Hola, dulzura! Pensé que llegarías más tarde empacando tus cosas —saludó Jake, alegre como siempre, sin una pizca extraña en él—. Pasa, pasa, de igual forma te estaba esperando.
Riki apretó sus labios en una fina línea, apretando con sus manos a Bisco, quien chilló frente a la fuerza, pero más bien por el lugar desconocido a donde lo habían llevado.
—¿Tienes compañía? —preguntó, y se asombró a sí mismo al encontrar aquel tono irritante en su voz. ¿Qué era lo que le pasaba?
El castaño expulsó el humo del cigarro por su boca, dándole otra calada rápida, mientras alzaba una ceja sugerente.
—Sí, es sólo un amigo —respondió, recostando su cuerpo al umbral de la puerta de entrada—. ¿Estás molesto conmigo? —preguntó extrañado.
—¿Por qué debería estarlo? —Riki bufó, rodando los ojos, intentando fingir indiferencia pero no lográndolo porque sencillamente era Jake, no podía evitar dejar de ser transparente frente a quien era su novio—. Creo que no es muy buen momento, iré a mi casa. —se excusó, haciendo el ademán de darse media vuelta e irse.
Jake tomó su brazo, deteniendo su huida y lo miró intensamente, aquella simple mirada de sus ojos verdes que le robaban el aliento. Pero Jake tenía un ápice de molestia también, para su sorpresa.
—Ricitos-...
—¡Ah, hombre! ¿Con quién tanto hablas? —interrumpió una voz desconocida, entrando en escena. El mismo chico que estaba sentado en el sofá sin camisa hace unos segundos.
Riki carraspeó incómodo, apretando a Bisco a su cuerpo, una extraña sensación instalándose en su esófago y una presión inexplicable en su pecho, causando una ráfaga de sentimientos confusos. Analizó al chico a su frente; era alto, casi de su misma estatura, cabello rojo lacio igual de despeinado, corpulento y con varios tatuajes en su torso desnudo.
—Yo ya me iba de todos modos, sigan en lo suyo. —dijo el rizado, fingiendo una sonrisa agradable al pelirrojo desconocido.
—No —refutó Jake casi al instante, tomando su brazo para evitar que se fuera—, ¿a dónde vas? Se supone que ibas a quedarte aquí.
El extraño pareció desconcertado frente a la escena y solamente optó por tender su mano frente al rizado, sonriendo agradable.
—Lee Heeseung, un gusto —se presentó—. Novio de este idiota. —dijo en un tono burlesco, señalando con un dedo al castaño.
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The Bathroom.『Jakeki』
FanfictionJake y Riki se conocieron en el baño de una fiesta. Shipp principal: Yunki. Jake x Riki. Menciones de otros shipp's. >>Angst. >>Temas sensibles. >>Fluff. >>Menciones breves de temas explícitos. >>Lenguaje vulgar. Esta historia no es creada para of...