—Cumpleaños feliz, cumpleaños mi nenita... Cumpleaños feliz... —Escuché a mi padre cantar mientras se acercaba a mi cama.
Traté de abrir mis ojos, pero se sentían pegajosos y pesados.
—¡Déjame dormir! —chillé contra la almohada.
—Felices dieciséis, pide un deseo y apaga las velas...
Lo miré con mala cara y luego apagué las velas.
—Desearía tener libertad —dije, agria, mientras le lanzaba una mirada asesina.
—Kiae... —advirtió—. Te tengo una sopresa, cámbiate y bajas.
Sin más, salió de la habitación.
Me llamo Kiae, y sí. Cumplo dieciséis hoy.
¿Cómo es mi vida? Como la de un preso, sí. Vivo presa en mi propia casa. Mi padre decidió privarme de libertad hace tres años, y su excusa es que hace esto por "seguridad y protección."
No me deja salir sola, y mucho menos en las noches.
De un tiempo hacia acá dejé de preguntar el porqué de muchas cosas, pero sabía que cuando cumpliría mi mayoría de edad, él ya no podría controlarme.
Me cambié y bajé, pero mientras bajaba las escaleras, vi a un joven sentando en un sofá de la sala, y a mi padre parado en frente de él.
Ahora qué.
El joven, en cuanto me vio se colocó de pie y abrochó su saco.
—Señorita Kiae, buen día —saludó, cortésmente.
Lo miré de arriba a bajo, y le brindé una sonrisa.
—Buen día...
—Neill Bollini.
—Señor Bollini —Terminé mi saludo, y miré a mi padre—. ¿Papá?
Ladeé mi cabeza esperando una explicación.
—Él es tu guardaespaldas de ahora en adelante —soltó.
Estallé en carcajadas, no podía creerlo. Esto tenía que ser una muy mala broma.
—No juegues conmigo —dije, tratando de apaciguar mi risa.
—No lo hace —respondió el tal Neill.
—Padre... —advertí.
—Querías libertad, la tendrás si aceptas a este joven como tu guardaespaldas.
—¡Esto tiene que ser una maldita broma! ¡Prefiero mil veces quedarme encerrada en mi habitación a tener un perrito faldero! Agh —al decir aquello, salí inmediatamente de ahí y subí a mi habitación para encerrarme.
Me eché a mi cama, y solté un grito de impotencia, enojo e ira. No era la primera vez, pero ya debía parar, esto me estaba agotando y escaparme no se volvía una opción, sino una necesidad.
—¿Todo bien? —escuché de repente.
Me senté en el borde de la cama y miré fijo un zapato dentro del armario.
—No. Mi padre me consiguió otro guardaespaldas, ¿puedes creerlo? —hice una expresión de:"Wey ya."
No. No estoy hablando sola.
—¿Y es guapo? —preguntó, curioso.
Lo miré y solté una risilla pícara.
—Un poco, sí.
De hecho, el tal Neill, no se veía nada mal.
—Quizá debas deshacerte de él —comentó.
Si lo pensaba mejor, podía beneficiarme.
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Are
Science FictionKiae, una chica curiosa, cuya intriga la llevará a un mundo totalmente distinto... -Desde las sombras. Siempre visualizaba una silueta, la cual me seguía a todos lados... Y aún lo hace. ¿Acaso estoy loca? ... Un chico, que dice llamarse Are. Es de o...