Capítulo veinte

32 9 31
                                    

Aparté mi vista y negué.

-Tu olor es muy peculiar... -dijo, mientras acercaba su nariz a mi cuello.

Abruptamente me separé de él.

-No sé de qué hablas... -comenté, nerviosa.

En estos momentos rogaba porque Seri apareciera rápido, pero ninguna señal había de ella.

Me separé de la barra y me perdí entre los que estaban bailando y saltando al ritmo de la música que sonaba.

No podía ver hacia dónde me dirigía por mi tamaño, pero de tanto evadir a las personas, llegué hasta una pared. No era una salida.

Carajo.

Cuando me volteé para regresar por donde habia venido, me choco con el torso de un tipo. Alcé mi mirada y era el mismo del que había huido en la barra.

Me miraba con una sonrisa socarrona.

-¿Por qué huyes? -preguntó, inclinándose hacia mí.

Su rostro quedó a centímetros del mío.

Cerró sus ojos y aspiró con fuerza.

Y cuando los volvió a abrir, me acorraló, agarrando mis manos y apoyándome a la pared. Me tenía inmovilizada.

-Hueles tan exquisita que podría hacerte mía aquí mismo si lo quisiera... -dijo.

En un arranque de miedo e ira juntos, con una de mis rodillas le di un fuerte golpe en su entrepierna.

Él inmediatamente llevó sus manos ahí y yo aproveché para correr entre tanta gente.

No podía ver muy bien por las luces, pero me dirigí a un cuarto que estaba totalmente vacío. Habían opacas luces de colores y unos sillones de cuero, pero no había nadie.

Estaba agitada, mi corazón latía fuerte y rápido. Sentía mi pulso por todos lados.

Aquel hombre apareció por las cortinas que separaban este cuarto del resto del lugar.

-Te portas muy mal, quizá deba darte una lección -dijo, acercándose a mí.

No me quedaba más que retroceder, porque no había nada con que pudiera defenderme.

Are tenía razón.

No debí haber venido.

Un gran escalofrío recorrió mi cuerpo cuando mi espalda chocó contra una pared y ese tipo me miraba como si yo fuese una presa, una débil e indefensa presa.

Sentía que no tenía salvación, pero no todo estaba perdido.

Alguien más habia entrado a la habitación, el cual enseguida distinguí.

Are.

Un alivio se asomó por mi rostro.

Entonces, vi como él tiraba del hombro de aquel sujeto, mientras que cerraba su mano en puño y lo plantaba fuertemente en la cara del tipo.

Éste cayó al piso, llevando una sus manos a su rostro mientras alzaba la vista hacia Are.

-Su majestad. Discúlpeme... -dijo, dándose cuenta de quién se trataba.

-¡Cierra la maldita boca!

-Yo no sabía mi señor -se defendía el desconocido.

-¡Sabías que tenía sangre real! ¡No te hagas el idiota!

-Mi señor, de verdad lo lamento, mis instintos se salieron de control.

Are lo ignoró y me miró.

Su mirada estaba cargada de enojo e ira.

En sus ojos habían chispas de fuego.

Su pecho subía y bajaba.

Tensaba su mandíbula, conteniendo las ganas de pegarle a alguien o algo.

En cambio yo, me quedé quieta en mi lugar.

Él a paso firme se acercó a mí y me agarró fuerte del brazo.

Casi a rastras me sacó del lugar.

Todos tenían la mirada puesta en nosotros, y todos hacían reverencias al mismo tiempo que Are pasaba entre ellos.

-Me estás lastimando -chillé.

Pero fui totalmente ignorada.

Carajo.

Cuando salimos del lugar, la noche estaba puesta, y Are estaba furioso.

Paramos en un pequeño callejón y me miró.

Pude sentir su dura y fría mirada.

-¿Dónde está Seri? -preguntó, con una voz tan seca y fría que no había usado nunca en mi presencia.

-No lo sé, ella dijo que iba a comprar algo a alguien en el piso de arriba -respondí, con nerviosismo.

Él suspiró. Volvió a agarrarme el brazo y me llevó a una camioneta y me metió allí.

Habían dos personas dentro de ella.

-Busquen a Seri y díganle que tengo que hablar seriamente con ella -ordenó Are, quien inmediatamente luego de que se bajaran ambas personas, tomó el asiento piloto del auto y lo puso en marcha.

Él tenía la vista firme en la carretera, todos los arboles y pinos pasaban a toda velocidad, eso provocaba escalofríos por todo mi cuerpo.

Todo estaba en total silencio.

Él no habló, ni yo lo hice.

Ya lo sabía.

La había re cagado

Lo sé.

¿Qué iba a pasar ahora?

●●●
Uy no.

Se me había olvidado mostrarles a Nua, ahí lo tienen en multimedia, pero pueden imaginarse el que deseen jsjdjsk

Mañana subiré un cap por San Valentín.
Ojalá les esté gustando la historia.❤

Me despido💖
Atte: Autor Anónimo.

AreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora