Capítulo catorce

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De repente él baja su mirada, disimulando su gran y amplia sonrisa.

Aquella acción me saca de mi trance y lo miro confundida.

—¿Qué sucede? —pregunté, insegura.

Él suspiró y alzó su mirada, pero ahora estaba totalmente serio, o aguantando sus ganas de sonreír.

—Tu sangre, al fin estás viéndome como tu sangre quiere que me veas...

—No es cierto —repuse, como si eso fuese totalmente patético.

Pero sí era cierto, cuando pensaba en lo lindo que era él, sentía que no era yo.

No había otra explicación lógica para eso.

Ambos nos miramos unos segundos, fijamente.

Él recorrió mi rostro con sus ojos grises.

Podía hipnotizar a cualquiera...

Entonces, me acordé del día en que él dio la noticia de que iba a casarse.

La curiosidad empezó a calarme todos los huesos, pero no sabía si era un buen momento.

Aún necesitaba procesar lo de mi madre.

Todo eso quería decir que pertenecía a ambos mundo, ¿o no?

Interrumpí aquel silencio que nos rodedaba, tratando de apaciguar mis ansias de saber muchas cosas...

—Todo lo que me dijiste —dije, con un poco de nervios—. ¿Quiere decir que soy mitad humana, mitad obsiria?

Él se pensó un poco las cosas y asintió.

—Así es. De hecho, desde un principio lo supe, pero no estaba seguro de cómo lo tomarías y no quise decirte hasta que se presentara un buen momento...

—¡¿Lo supiste todo este tiempo y no me dijiste nada?! —reclamé.

Él suspiró.

—Sí, Kiae... Obviamente no era normal que cruzaras un portal y estuvieras de maravilla, ¿verdad?

Bueno sí.

Eso sí era extraño.

—Pero, ¿por qué no soy como ustedes entonces?

—Porque eres mitad humana, y la mayor parte de tu vida la pasaste en la tierra —explicó, mientras se levantaba y empezaba a vagar por toda la habitación—. Cuando un obsirio pasa mucho tiempo en la tierra, se vuelve casi humano. Y eso pasó contigo.
》En ese tiempo en que un obsirio se convierte en humano, su tamaño disminuye poco a poco, y su temperamento cambia... Eso como si se volviera un humano.

—¿Y si ese obsirio quisiera volver a Obsiris?

—Eso va en contra de las leyes, si tú decides irte con tu alma gemela a la tierra, allá te quedarás el resto de tu vida. Si quisieras venir a Obsiris, tendrías que venir solo de visitante y nada más.

Empezaba a entender muchas cosas.

—No entiendo porqué en las escuelas no enseñan estas cosas...

—Para tu mundo, no somos importantes. Solo te enseñan lo que según ellos "necesitas saber" y no lo que quieres saber. Si tienes curiosidad, averigualo por ti mismo. ¿Así funciona tu mundo, no?

Quizá por eso tanta ignorancia.

Tanta corrupción.

—Y si me quedo ¿qué sucederá? —indagué.

Al hacerlo, Are me miró con sorpresa.

Como si lo que dije le hubiese sorprendido mucho. Su expresión era muy tierna.

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