—Oye —escuché detrás de mí a alguien—. Lamento si te ofendí con lo de hace un rato.
Era el "arrogante" ya no muy arrogante.
Fruncí mis cejas.
¿Se estaba disculpando?
—Em... No te preocupes, de hecho me sirvió de motivación. —agradecí.
Él esbozó una pequeña sonrisa ladina.
—Ese era el objetivo. Te veías muy tímida, y cuando la entrenadora te asignó a ti, tu rostro pareció un poema —dijo, divertido.
Vaya...
—Gracias. —Le sonreí.
—Iré con dos amigos a un kiosco, ¿quieres venir? —propuso, pero no supe qué responder.
Recordé lo que pasó la última vez que salí sin la supervision de Are.
Pero ahora ya era más fuerte. Hasta había crecido dos centímetros los últimos dos días, pero aún no podía ocultar el olor peculiar que mi sangre emanaba.
—No puedo, tengo algunas cosas que hacer —mentí.
Él se encogió de hombros en gesto de desinterés y sonrió.
—Por cierto —comentó—. No te he dicho mi nombre, pero me llamo Ven.
¿"Ven" a dónde?
¡No te burles!
Sonreí, intentando ocultar mi risa por el comentario de mi sangre.
—Un gusto Ven, como sabes, yo me llamo Kiae.
Ambos sonreímos y nos despedimos.
Él se dirigió a una camioneta que los esperaba, y yo me dirigí al auto donde el chófer de Are estaba.
El camino fue largo, pero cuando llegamos, caminé inmediatamente hacia la casa para subir. Estaba muy cansada.
Pero antes de llegar a las escaleras, visualicé a una chica sentada en uno de los sillones, parecía estar esperando a alguien.
Era muy linda, rubia, de tez blanca y fino perfil. A la vista estaba su abdomen, que lo tapaba una ligera maya.
Ya quisiéramos tener ese abdomen.
Coincido.
Me acerqué a ella y le hablé:
—Hola, ¿esperas a alguien? —pregunté, cortésmente.
Ella me miró de arriba a abajo, juzgandome con su mirada.
Esto no me gusta.
Ni a mí.
Olisqueó en el aire y abrió ligeramente sus ojos en señal de sorpresa, pero lo disimuló.
Apareció una mirada de superioridad.
—Vengo a ver a Are, soy su prometida.
Ándale...
No es cierto.
¿Cómo sabes eso?
Esa no tiene pinta de parecerse a ti, y recuerda, nosotras somos las únicas que mandamos a ese saco de bestia, no ésta parecida.
¿Saco de bestia?
¡A Are pues!
Ah. ¿Qué hago entonces?
Pues demuestra quién manda, o lo haré yo.
Nunca he hecho una escena, no me exijas nada.
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Are
Science FictionKiae, una chica curiosa, cuya intriga la llevará a un mundo totalmente distinto... -Desde las sombras. Siempre visualizaba una silueta, la cual me seguía a todos lados... Y aún lo hace. ¿Acaso estoy loca? ... Un chico, que dice llamarse Are. Es de o...