DEJA VU ━━ peter parker

viii. mystery in the suburbs

capítulo ocho!
misterio en los suburbios

ESTA FUE una idea estúpida.

No deberían estar haciendo esto. Él no debería estar haciendo esto. Y, sin embargo, aquí estaba Peter, en el asiento del pasajero del auto de May, afuera de la casa de Liz en los suburbios con su traje ajustado a su piel debajo de su camiseta, jeans y franela. Las ruedas del auto de su tía se detuvieron en la calle, justo afuera del camino de entrada. La casa de Liz estaba... alocada. Por supuesto, cualquiera que pudiera vivir en los suburbios - al menos aquí, tenía suficiente dinero para vivir cómodamente. Eran muy diferentes de Peter, que tenía un apartamento cómodo y realmente pequeño en el centro de Queens. La casa era grande; dos pisos con cimientos de ladrillos modernos y toscos y habitaciones contemporáneas de estilo bloque a las que se podía ver la fiesta a través de extravagantes ventanas del piso al techo.

Peter miró fijamente, un millón de posibles resultados de desastres corriendo por su cabeza. Escuchó a May y Ned hablar, pero era distante como si estuviera escuchando a través de un plástico unido a otro con una cuerda. Su traje le picaba, como si le recordara, no estoy hecho para esto. Spider-Man no era un truco para fiestas y, sin embargo, parte de Peter obviamente quería que este plan funcionara, de lo contrario no lo usaría.

Pero se sintió culpable y nervioso, y la repentina sensación de correr todo el camino de regreso a casa. Probablemente podría hacerlo, tenía la resistencia en estos días. Quería ser esa araña que se escabulló hacia el rincón oscuro, debajo de los desagües, en las grietas más pequeñas para escapar, pero no se movió.

Los coches estaban aparcados en toda la calle. Grupos de amigos - algunos con atuendos casuales de jeans y suéteres, otros con pantalones ajustados y vestidos o camisas con cuello. No pertenecía aquí. Este no era su tipo de ambiente, y estaba bien con eso... pero al mismo tiempo no lo estaba. Quería que fuera su ambiente. Quería demostrarle a Flash con tanta desesperación que dolía. Y definitivamente no quería decepcionar a Liz.

—Una fiesta en los suburbios —bromeó May, sonriendo abiertamente sobre su juvenil piel aceitunada. Luego suspiró, hundiendo los hombros cuando la nostalgia la golpeó—. Oh, las recuerdo. Tengo un poco de envidia —Peter sabía que ella estaba tratando de llamar su atención, pero estaba fijo.

Ned asomó la cabeza por los asientos desde atrás, muy feliz con su sombrero de fieltro y su remera roja brillante.
—Será una noche para recordar.

May le sonrió, riendo entre dientes.
—Ned —dijo, todavía radiante—. Algunos sombreros disminuyen al hombre. A ti ese te agranda.

Ned bromeó ante el cumplido y se encogió de hombros. —¡Sí, me da confianza! —dijo alegremente.

—Esto es un error —dijo Peter finalmente, obligándose a apartar la mirada de la llamativa casa de Liz—. Oigan, mejor vámonos...