DEJA VU ━━ peter parker

xxv. the guy in the chair

capítulo veinticinco!
el tipo de la silla

LOS MÉDICOS HABÍAN llegado en ambulancias. Por suerte, no había demasiadas personas que necesitaran ir al hospital. Algunas fueron llevadas para un chequeo de conmociones cerebrales, alguien tenía un brazo roto. Pero nadie resultó gravemente herido. No, Peter había recibido los golpes por todos. Los padres llegaban, salían corriendo de sus autos para envolver a sus hijos en abrazos y besos sollozantes. Nina miró a su alrededor, observándolos a todos con su teléfono iluminado por los mensajes de texto de su madre que decían: ¡Estaremos allí en unos minutos! Cariño, ¿estás bien? ¡Prométeme que estás diciendo la verdad! Ya había llamado dos veces, y Nina hizo todo lo posible por no sollozar cuando lo hizo, abrumada y asustada, no por ella, sino por Peter, que tampoco le devolvía las llamadas.

Sus ojos vagaron. Había chicos en mantas protectoras, médicos revisando sus ojos con pequeñas luces. La mirada de Nina se posó en Flash. Sus padres tampoco habían llegado... tenía la sensación de que él no había tomado su teléfono ni una sola vez con una llamada de ellos.

Nina revisó su teléfono nuevamente, esperando que Peter hubiera respondido a sus mensajes. Aún no lo había hecho. Está bien, se prometió a sí misma. Él está bien━ miró hacia atrás a la escuela, sintiendo su garganta y su estómago apretarse por la preocupación.

Estaba mirando su teléfono, caminando en círculos cuando Gwen regresó. Su mejor amiga apoyó con cuidado una mano en su hombro y esperó que Nina se volviera inmediatamente hacia ella, dejándose llevar por un fuerte abrazo. Gwen todavía estaba temblando debajo de su manta, pero cuando Nina la rodeó con sus brazos, sintió que su amiga se relajaba.

—Estará bien —dijo Gwen, con la barbilla apoyada en el hombro de Nina—. Quiero decir, él es Spider-Man, por supuesto, ¿estará bien?

Nina recordó la noche que acababa de pasar cuando él apareció junto a su ventana, ensangrentado y magullado. Se aferró a su amiga un poco más fuerte.
—Él no es invencible.

Gwen se alejó. Ella frunció los labios, su flequillo rubio un poco despeinado. —No se lo diré a nadie —prometió entonces. Nina dejó escapar un suspiro—. Ni a mi papá, ni a nadie, yo... —ella negó con la cabeza—. No me importa lo que diga, Spider-Man es un héroe. Peter me salvó la vida.

Vieron a un grupo del equipo SWAT fuertemente armado pasar corriendo junto a ellas, armados y murmurando, tratando muy duro de no estar aterrorizados por lo que podrían encontrar, hacia la escuela. Nina tenía la sensación de que no encontrarían al Lagarto adentro.

Ella frunció los labios y probó con Peter de nuevo. Gwen se cernió sobre su hombro, mirando el teléfono sonar conteniendo la respiración.

Finalmente, esta vez, respondió.