DEJA VU ━━ peter parker

xxvi. in just five seconds

capítulo veintiséis!
en solo cinco segundos

—¡OIGAN! —Nina llamó a la gente que miraba abajo, estupefacta y señalando los autos. Se agarró al borde del puente con tanta fuerza que el frío metal se le clavó en las palmas de las manos—. ¡Alguien llame a la policía! ¡Dejen de quedarse ahí! —Nadie la escuchó, todos se asombraron y se quedaron boquiabiertos ante el Duende Verde que se rio del débil intento de Nina, girando su tabla y zambulléndose.

Nina se giró hacia atrás, con el aliento atrapado en la parte posterior de su garganta mientras lo observaba cerca del transporte flotante tomando una ruta escénica alrededor del Puente. Su risa continuó, una risa escalofriante y horrible que ella sabía muy bien que nunca significaría algo bueno. El cable que sostenía el transporte se extendía desde un borde del puente hasta la atracción en la base del río. Nina estaba aterrorizada de moverse, le temblaban las rodillas, pero se empujó hacia el otro extremo del pequeño espacio en el que estaba atrapada, agarrándose con fuerza al soporte mientras trataba de ver qué iba a hacer.

Pasó junto al transporte, pero Nina no se sentía mejor. Sus ojos fijos en los de adentro; niños━escolares, no mayores de diez años. Todos ellos agrupándose en las ventanas para mirar boquiabiertos al hombre disfrazado que pasaba volando. —¡No! —Nina gritó, impotente—. ¡NO! ¡Déjalos en paz!

Incluso desde aquí, podía escuchar su canción escalofriante: —La pequeña araña al agua se metió —se sumergió cerca del almacén debajo de la estación de control. Nina quería llorar, sabiendo lo que él podría hacer y odiando cómo todos los demás parecían no querer hacer nada al respecto—. ¡Llegó el duende verde y la araña se acabó...!

Se rio a carcajadas cuando un proyectil salió disparado desde la base de su planeador y se elevó hacia la base del puente cerca del comienzo de la atracción. Nina gritó cuando explotó en una masa de nubes de fuego y humo, elevándose tan alto que alcanzó el camino del puente, haciendo que los autos se desviaran y la gente corriera, esquivando por poco los choques que provocaron más explosiones, más gritos, más horror.

Los gritos de los niños desgarraron la noche cuando su transporte cayó. El cable salió volando, el grupo de niños inocentes cayendo en espiral al agua en un impacto que los encontraría en solo unos momentos. Nina gritó por ellos, su estómago se retorcía tanto que quería vomitar.

Hasta que el Duende Verde agarró el extremo del cable y salió disparado; el planeador fumando con esfuerzo para llevar todo el transporte de niños y su supervisor de respaldo. Nina no estaba convencida de que este fuera el final. Lo escuchó reír mientras inclinaba su planeador hacia ella, y la valentía de Nina brotó del agua como la araña.

—No —dejó escapar, odiando lo débil que sonaba. No tenía dónde correr, dónde escalar, era un animal enjaulado esperando a que jugaran con él—. No, no lo hagas... —el Duende Verde bramó su risa, ensordecedora y con el estómago revuelto Nina retrocedió arrastrando los pies, levantando los brazos para luchar contra su mano extendida, pero incluso con una que sostenía un transporte entero por el cable, era inhumanamente fuerte. Luchó más allá de su frágil autodefensa y la agarró con fuerza por el cuello.