DEJA VU ━━ peter parker

xxvii. the cost of spider-man

capítulo veintisiete!
el costo de spider-man

EL GIMNASIO todavía estaba vivo en medio del baile. Pero Felicia y MJ no sintieron el resplandor de las luces y las risas cuando Flash contó la historia de Spider-Man robando su auto. Las dos chicas no bailaron, se pararon juntas al borde de la pista, manteniendo la mirada en su teléfono para escuchar por Nina, preguntándose a dónde había ido. Se había ido hace una buena hora, y ahora parecía fantasma cada mensaje de texto y llamada telefónica que enviaban. Felicia estaba cada vez más preocupada. Nina siempre hacía las cosas sin pensar en los peligros. Solían ser cosas pequeñas, como salir con su mejor amiga sin pensar en lo que sucedería si se separaban, o beber demasiado chocolate caliente y sorprenderse cuando se enfermaba al día siguiente. Pero ahora, desde que conoció a Spider-Man, empeoraron. Estaba decidida a impresionar al justiciero, y eso la llevó a hacer cosas que podrían hacer que la mataran. ¡Y Felicia se había unido! Había sentido la emoción de hacer algo por un superhéroe y manipuló la ley para obtener la información que necesitaba el justiciero. Y ahora, Cia sabía en su interior que esta desaparición tenía algo y todo que ver con Spider-Man. Siempre había sido protectora con Nina, era un trago de espresso en un mundo que siempre estropeaba los pedidos de café. Pero ahora, le resultaba más difícil vigilarla, y a Felicia no le gustaba en absoluto lo que Spider-Man le dejaba hacer.

No podía explicarle esto a MJ, por supuesto, y la frustraba inventar mentiras, especialmente cuando Michelle la miraba por el rabillo del ojo con tanta suspicacia que Felicia se movía torpemente sobre sus talones. Para ser honesta, Felicia, Michelle Jones siempre la había intimidado, lo que no sentaba bien, ya que por lo general Cia era quien intimidaba a la gente. Pero a diferencia de Felicia, a quien le gustaba hacer que la gente se pusiera nerviosa con sus declaraciones atrevidas, preguntas y acciones que le daban la misma emoción y poder que obtenía al robar algo del centro comercial, Michelle lo hacía de una manera tan tranquila e intelectual que te hacía replantearte todo lo que acabas de decir y creer. Tal vez las palomas te grabaron para el gobierno, incluso si la idea es ridícula, la forma en que MJ lo declaró te hizo retroceder y temblar en su propia confianza.

Hizo que el aire se tensara entre ellas sin Nina. Ella era la mediadora perfecta entre las dos, y ahora que se había ido, su conversación se había convertido en miradas breves e incómodas y desesperación por recuperar a Nina.

MJ miró de soslayo a Felicia. —Ella corrió detrás de Peter —dijo de repente.

—Lo sé —refunfuñó Felicia—. Ya tengo esa parte.

—¿No te agrada Peter?

—No lo odio. Simplemente no confío en él.

—No confías en mucha gente.

Y ella fue franca. Fue súper directa de una manera que hizo que la gente se sintiera incómoda. Porque ella acaba de leerte como uno de sus libros. Felicia apretó los dientes, tratando de recordarse a sí misma que no debía romperse por el bien de Nina. A ella realmente le agradaba MJ.