DEJA VU ━━ peter parker

xli. honest

capítulo cuarenta y uno!
honesto

—¿QUÉ vas a hacer con el monstruo de agua?

Peter miró a Ned con el ceño fruncido por el rabillo del ojo. Metió la llave que le habían dado para su habitación de hotel en la cerradura, tratando desesperadamente de hacer que la maldita cosa funcionara. La charla todavía resonaba en la escalera desde el vestíbulo de abajo y en los pasillos que parecían inclinarse ligeramente hacia adelante como si el edificio se balanceara en los canales mismos. Peter se puso tenso con cada ruido y cada gemido que parecían hacer los cimientos, estaba preparado para que todo este edificio se derrumbara bajo sus pies.

—Nada —le dijo a su amigo, dándole a su llave otra fuerte sacudida. Su cartel de no molestar se cayó sobre la alfombra y suspiró mientras iba a recogerlo—. Está muerto. Y además —se lo arrojó a Ned, quien apenas lo atrapó, dándole una mirada extrañada—. Ese tipo Mysterio lo tiene controlado.

Le dio a la llave otro último empujón y giró. Aunque estaba seguro de que rompió la cerradura en su intento de hacerlo. Peter lo giró, sin prestar atención a cómo lo giró con tanta fuerza que la perilla se separó de su tornillo, colgando del agujero. Peter no se dio cuenta y entró en su habitación de hotel. Olía a agua de canal, como todo lo demás en este hotel. Las paredes eran de un azul oscuro mohoso y las tablas del suelo crujían bajo sus pies. Peter se acercó a su bolsa de aseo que había dejado en el único lavabo en el centro de su habitación, agarrando su cepillo de dientes.

No estaba pensando mucho en otra cosa que no fuera la conversación que tuvo con Nina en las escaleras. Hizo que su corazón se acelerara y sintiera como si pudiera saltar a la altura de la basílica de San Marcos. Ella le sonrió y se apoyó en su hombro (¿y aparentemente le gustaban sus abdominales? Eso fue suficiente cumplido por la chica de la que estaba muy enamorado...). Pero mientras estaba extasiado por una conversación tan grandiosa con su amigo más cercano y su ex novia, quien esperaba que se convirtiera en su novia una vez más, había una terrible preocupación en la boca del estómago por la forma en que ella se había ido... después lo que dijo, bromeando con que se caería de la Torre Eiffel, estaba pálida; aterrorizada como si viera toda su vida pasar frente a sus ojos.

Peter no quería pensar en eso, porque la expresión de su rostro también lo asustaba, tenía miedo de preguntarle al respecto, por una razón que no podía comprender del todo, pero lo inquietaba. Y así se centró en todo lo demás.

—Mira —exprimió la pasta de dientes en su cepillo que había comprado en el supermercado en Nueva York el día antes de irse—. Solo quiero pasar tiempo con Nina, estábamos hablando y bromeando y creo que todavía le gusto mucho.

Ned hizo una mueca que decía, no jodas. —Amigo, ¿la escuchaste? A ella le gustan tus abdominales. Dijo que eres fuerte —Peter se encogió de hombros para decirle, bono adicional.