DEJA VU ━━ peter parker

ix. nina and the bug boy

capítulo nueve!
nina y el chico insecto

—ENTONCES, ¿qué pasó?

Nina se sentó contra la madera de su puerta, las rodillas pegadas a su pecho y su teléfono todavía con ella en caso de que Peter la llamara. Ella miró fijamente su contacto; la imagen de él todavía con esos lentes y le dio ganas de sonreír, excepto que tenía el corazón en la garganta. Nadie lo ha visto. Le envió un mensaje de texto a May, diciendo que Peter se fue de la fiesta y ella lo llamó - y que todos lo estaban buscando, así como que Ned sabía que estaba bien (algo así) y que debería estar de camino a casa. Nina odiaba hacer que May se preocupara después de la muerte del tío Ben. Recordó los días posteriores a su muerte. Peter también se había escapado entonces. Pero siempre al apartamento de Nina, donde ella lo abrazaba mientras él lloraba y decía que todo era culpa suya. Y ella le dijo que no lo era, pero sabía que esas palabras no significarían nada en ese momento. Y entonces ella se aferró a él con más fuerza hasta que lloró hasta quedarse dormido, y también ella derramó algunas lágrimas, porque Ben también había sido como una familia para ella.

Esperaba que Peter estuviera bien.

En el otro extremo de la puerta, Spider-Man estaba usando el botiquín de primeros auxilios que el padre de Nina siempre tiene para ayudar a sus cortes y magulladuras. Él le dijo que se curaba más rápido y que estaría bien sin él, pero ella insistió y salió de su habitación para que él pudiera quitarse la máscara sin que ella lo viera. Se alegraba de estar sola en casa y de que sus padres no estarían en casa hasta muy tarde, de lo contrario las cosas serían muy diferentes. No sabía cómo reaccionaría su padre al ver a Spider-Man en su habitación. Nina creía que él estaría más concentrado en el hecho de que era un chico y no un lanza telarañas humano.

—Fue una venta de armas —respondió Spider-Man. Nina se preguntó si él estaba hablando con ella ahora mismo sin su máscara... eso hacía que este momento entre ellos, por muy distantes que fueran, fuera asombrosamente cercano—. Pero... fue extraño. Las armas eran extrañas, como pistolas antigravedad, bombas de agujero negro.

El estómago de Nina se retorció ante eso. —Eso no es bueno.

—Deben ser los mismos tipos que vendieron esas armas a los ladrones frente a Delmar —murmuró el justiciero—. Pero los seguí en esta... esta increíble persecución en automóvil por los suburbios antes de que este tipo grande con alas me levantara y me arrojara al agua. Luego, el Señor Stark me sacó. Me mostró este calentador en mi traje. Fue genial. Luego se fue, lo cual también fue genial.

Nina no encontró nada de eso exactamente genial (bueno, tal vez el calentador en el traje; eso fue un poco genial). Se acercó aún más las rodillas al pecho. —No podemos tener esas armas en las calles. Eso va a ser un desastre.