Sugar Rush || Bonten x lectora (Yandere)

~08~

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-Vale, ahora mismo voy.-cuelgas el teléfono rápidamente.

No puedes evitar apretar los dientes con fastidio. Vuelves a caminar hacia los dos.

-¿Está todo bien?-Kakucho te preguntó con preocupación.

Sonreíste un poco antes de asentir.

-Sí, todo está bien pero realmente tengo que irme.

-¿Ya?-preguntó Koko.

-Sí, ya es un poco tarde y tengo que volver al trabajo.-dijiste mientras mirabas tu reloj en la muñeca.

Sus caras parecían que les acababas de dar una noticia muy devastadora.

-Bueno entonces, debo irme y de nuevo, gracias por la ayuda, Koko y Kakucho.-te despides de ellos antes de salir corriendo de allí.

Mientras salías de allí miraste hacia atrás, al lugar donde viste al hombre con el que habías tenido contacto visual antes. Pero, por desgracia, ya no estaba allí.

Cuando ya estabas fuera del centro comercial llamaste inmediatamente a un taxi. Dijiste tu destino mientras te sentabas en la parte de atrás.

Te cubriste la cara con la mano mientras dejabas escapar un grito ahogado.

"¡Uf! Haru maldito idiota, ¡te voy a matar!"

-¿Estás bien?" preguntó el conductor.

Al instante te enderezaste avergonzada.

-Sí, estoy bien. Gracias por preguntar.

El tiempo que tenías de camino al café, lo pasas tramando las cosas que le vas a hacer a tu ex.

Lo juro, si causó un problema o cualquier tipo de alboroto en el café, ¡le arrancaré las pelotas y se las daré de comer a un perro callejero!

Te jugaste los dedos mientras esperabas a llegar a tu destino. Cuando viste el cartel de la cafetería casi saltaste del coche para llegar allí inmediatamente.

"Aquí tienes", le diste al conductor algo de dinero antes de salir.

Al salir corriendo del taxi, no te diste cuenta de que el coche aparcado en la puerta del café había chocado con él. Te inclinaste en señal de disculpa cuando viste unas siluetas en el interior.

Cuando recuperas la postura, entras en la cafetería y allí ves a tu ex, Haru. Está en la esquina más alejada de la cafetería, su pelo está desordenado como si acabara de despertarse o algo así, sus ojos tienen ojeras y su cara está roja.

Por suerte, no hay mucha gente dentro del café. Viste a Ichiro sosteniendo una taza de café caliente mientras se la daba a Haru, sus ojos se abrieron de par en par cuando te vio.

-¡Jefa!-exclamó. Te pusiste el dedo en los labios para hacerle callar. Te dirigiste a ellos con frustración.-Jefa, lleva una hora aquí, he intentado que se vaya pero ha insistido en esperarte.

-Está bien, Ichi. Yo me encargaré de esto, tú puedes volver al trabajo.

-De acuerdo, jefa.

Cuando Ichiro se fue, miraste al hombre sentado frente a ti.