~41~ Pareja

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Un fuerte ruido de cristales resonó en las paredes de la cocina. Los trozos de cristal se esparcieron por el suelo de baldosas mezclados con sangre. Una gota de ella seguía cayendo al suelo mientras Sanzu se apretaba la mano herida.

-¡Cálmate, Sanzu!-gritó Takeomi a su hermano mientras se colocaba frente a él.

-¡No me digas que me calme, cabrón! Se fue a una cita con otro hombre, ¡¿cómo voy a calmarme?!-la voz de Sanzu retumbó.

Su pelo no tiene ningún estilo, era áspero y salvaje ya que se le pegaba en todas las direcciones. Su cara está en una expresión completamente enfadada y su ropa parecía áspera. El sudor cubría su cara mientras respiraba profundamente.

-No lo sabes. Ella puede salir con ese tipo e incluso si lo hiciera, realmente no puedes hacer nada al respecto.-afirmó Takeomi.

Escuchar lo que su hermano acababa de decir no calmó ni un poco a Sanzu, incluso le enfureció más.

-¿Salir? ¿SALIR? ¿Me estás tomando el pelo? Suenan tan íntimos cuando hablan por teléfono!-rugió. -¿Y qué quieres decir con que no puedo hacer nada al respecto? Haré todo lo que pueda para matar a ese maldito tipo.

Takeomi casi pone los ojos en blanco al escuchar las divagaciones de su hermano. Quería simplemente dormir en su habitación todo el día, pero debido al temperamento de Sanzu no podía. No cuando prácticamente tiraba todos los objetos rompibles al suelo y a las paredes. Quería que no le importara nada de lo que estaba pasando con la obsesión de Sanzu pero algo dentro de él también quería saber lo que estaban haciendo para poder estar al día.

Y justo lo que quería. Se enteró de que estás en una cita con otro chico, puede sonar como un hipócrita, pero al escuchar eso de la boca de Sanzu también le dieron ganas de tirar la maldita mesa de cristal contra la pared. Pero por supuesto, se controló.

Sanzu por otro lado sigue con la indignación.

-Voy a matar a ese hijo de puta.-apretó los dientes y estaba a punto de lanzar otra figurita de cristal contra la pared cuando Takeomi finalmente le agarró de la muñeca para detenerle.

-No te atrevas a lanzar eso. Es antiguo.

Sanzu lo fulminó con la mirada antes de empujar la estatuilla contra su pecho.

-¡Aquí tienes, joder, y métetelo por el culo!-gruñó y se alejó de la cocina hasta el salón.

"¡Ni siquiera sé lo que es una puta antigüedad!"- pensó Sanzu.

Se peinó frustradamente hacia atrás y se sentó con dureza en el sofá. Su pecho se agita mientras respira más profundamente para controlar la creciente rabia en su interior.

Sugar Rush || Bonten x lectora (Yandere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora