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-Bienvenida a tu nuevo hogar, T/n.
En cuanto escuchaste a Mikey decir esa frase, te sentiste mal. Literalmente.
Tu estómago se revolvió y se revolvió mientras sentías que el ácido de tu garganta quería salir. Debieron darse cuenta porque Kakucho fue inmediatamente al baño de la habitación y trajo un cubo. No perdiste ni un segundo y para cuando Kakucho colocó el cubo a tu lado, dejaste salir al instante todo lo que habías comido. Tampoco te ayudó el fuerte dolor de cabeza provocado por las drogas.
Cuando terminaste, te sentiste mucho más débil que antes. Tu corazón latía tan fuerte que resonaba en tu oído, Kakucho te limpió la boca con un paño ligeramente húmedo. Aunque querías protestar para que te quitara las manos de encima, no podías hablar ni discutir porque estabas demasiado débil para ello. Con la cabeza todavía dolorida y el cuerpo gritando de dolor, te esforzaste por parecer al menos fuerte delante de ellos.
Kakucho no se apartó de ti y permaneció de pie junto a tu cama. Tus ojos lo fulminaron mostrando la rabia, el dolor y la desconfianza que tienes hacia ellos, recorres con tu mirada a todos y cada uno de ellos hasta que finalmente te detienes en su líder.
-Hijo de puta.- le maldijiste. -¿Qué quieres de mí? ¿Por qué demonios haces esto?- apretaste los dientes mientras escupías la pregunta por la boca. Intentaste mantenerte lo más calmada posible y no estallar porque con tu estado, te va a costar mantenerlo.
Mikey se acerca a ti antes de sonreír. Un destello de picardía chispea en sus ojos al ver que te retuerces para alejarte de él, pero lamentablemente no lo consigue.
-Es curioso que ya predije que esa sería la primera pregunta que harías. "Por qué estás aquí, por qué estás haciendo esto, qué hiciste mal, por qué tú de todas las personas, por favor déjame ir y bla bla bla", he escuchado esto un millón de veces de la gente que torturamos y honestamente es un poco agotador.
Mikey coloca su mano en tu pie y lo agarra con fuerza.
-En momentos como ese no me entretengo con sus preguntas y simplemente los mato pero para ti....- su mano subió hasta tus rodillas y continuó hasta tu muslo antes de apretarlo. -Haré una excepción y te responderé.- en cuanto retira su mano en tu muslo, dejas salir el aliento que no te habías dado cuenta que habías estado conteniendo desde que te tocó.
Con tu cuerpo ardiendo de dolor y tu cabeza gritando de dolor, no tienes más remedio que limitarte a mirar a todos ellos y ahorrar tu energía como puedas. En tu estado, luchar y cabrearles sólo conseguirá matarte.
-Entonces compláceme con tu respuesta, joder. ¿Por qué estoy aquí y qué quieres de mí?- preguntaste.
Tus ojos lo siguieron mientras caminaba hacia la mesa y arrastraba la silla cerca de ella y la colocaba en el extremo de la cama mirando hacia ti. Casualmente le da la vuelta antes de sentarse en ella con el respaldo por delante donde se colocan sus brazos.
-Ya que todavía estás en el efecto posterior de las drogas y tu cuerpo todavía está en el dolor y estoy bastante seguro de que estás sintiendo un dolor de cabeza masivo en este momento. Sólo responderé a tres preguntas y el resto seguirá cuando estés en una condición mucho más estable.
Apoya la barbilla en los brazos antes de sonreír.
-Pero hay una condición, no quiero que me interrumpas mientras respondo. ¿De acuerdo? De acuerdo. Bien. Ahora, querías saber por qué estás aquí, es bastante simple en realidad. Este es tu nuevo hogar, así que es justo que estés aquí...
Tus cejas se fruncen ante su respuesta. Su maldita respuesta tonta.
-¿Qué quieres decir con nuevo hogar? ¡Yo me voy de aquí! Me has secuestrado y atado. ¡Lo que quería saber es por qué estoy aquí! No me respondas con una gilipollez...-antes de que pudieras terminar la frase Mikey ya se lanzó hacia ti y te agarró la mandíbula con fuerza mientras te miraba fijamente.
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Sugar Rush || Bonten x lectora (Yandere)
FanfictionTokyo Revengers Fanfiction (Bonten) 18+ - En el que T/n T/a, una hermosa y encantadora dueña de un café llamó la atención de la más buscada y peor organización criminal de Japón, Bonten. Lo que comenzó de una simple adoración se convirtió en algo má...