~51~ Oferta

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La habitación estaba en completo silencio cuando te despertaste por la mañana. El único sonido que oyes son los suaves ronquidos de Kakucho mientras te abraza por detrás, con sus manos rodeando tu cintura y su cabeza acurrucada en tu nuca. Te frotas los ojos mientras recorres tu visión tratando de acostumbrarte a la luz.

Esperaste unos minutos y te aseguraste de estar despierta antes de bajar lenta y cuidadosamente de la cama, miraste disimuladamente a Kakucho por si se había despertado pero no lo hizo, afortunadamente. Sigilosamente te diriges al baño y haces tu rutina matutina, te lavas la cara, te cepillas los dientes y otras cosas que haces por la mañana. Después de pasarte una toalla suave por la cara, no puedes evitar mirar tu cuerpo reflejado en el espejo que tienes delante.

La ropa interior que Kakucho te ayudó a llevar se ve abrumada y recogida por su camisa azul oscuro. Termina en tu medio muslo dando la ilusión de que no llevabas nada debajo. Las manchas rojas de las marcas de amor que te hizo están colocadas en tu cuello, pecho y clavículas. Te arreglas el pelo fuera de la cara y te aseguras de que está limpio antes de salir. Esperabas ver a Kaku aún durmiendo, pero cuando tus ojos se encontraron con los suyos mientras seguía tumbado en la cama, una sonrisa se formó en tus labios.

-Buenos días, princesa.- su voz suena profunda y ronca indicando que acaba de despertarse y esa pequeña cosa te excita.

-Buenos días.- dijiste y caminaste hacia él. Sus manos alcanzaron tus caderas y te ayudaron a sentarte en su regazo. Su pelo en la cama le hacía parecer tan sexy y caliente mientras te frotaba las caderas y te miraba fijamente.

-¿Has dormido bien?- preguntó.

Le peinaste el pelo hacia atrás e inclinaste tu cara hacia él. Le diste un beso en los labios y le miraste fijamente a los ojos.

- El mejor que he tenido después de correrme aquí.

Tu respuesta hizo que se sonrojara pero lo disimuló agarrando tu pelo por la espalda y te atrajo para darte un beso. Su lengua pasó por tu labio inferior antes de morderlo y chuparlo, no puedes evitar soltar una ristra de largos gemidos. Su dura erección se clavó perfectamente en tu sexo vestido, tus manos serpentearon alrededor de su cuello y agarraron un buen puño completo de su pelo y balancearon tus caderas. Tu intimidad rechinó sobre su dura erección a través de su pijama y como él está sin camisa, tu otra mano viajó hacia su pecho hasta su estómago y bajo sus pantalones.

-Oh... Joder....- siseó cuando agarraste su erección completa y la sacaste, le diste unos buenos golpes antes de sentir que un dedo frotaba tu clítoris. Gritas de placer cuando Kakucho te tira de las bragas a un lado y te lo frota en carne viva.

- Dios mío... Sí...- tu voz ronca gime. Miras hacia abajo para ver lo que está pasando y la lujuria te impulsa a provocar su punta en tu entrada. Su pre-semen se acumula en la punta mientras la pasas ligeramente por tu clítoris hasta tu entrada. Deja escapar otro siseo y una maldición cuando le miras mientras sigues provocando. Su cabeza se echó hacia atrás y se mordió sexymente el labio para contener el gemido que quiere soltar.


-¿Quieres que te la meta, nena?- preguntó con sensualidad.

Él asomó a través de sus largas pestañas y asentiste con la cabeza.

-Joder, sí, quiero que me montes. Con fuerza.- gruñe impaciente.

Le sonríes y te hundes lentamente, pero sólo tomando su punta, nada más. Sus cejas se fruncen de dolor mientras tu sonrisa no desaparece.

Sugar Rush || Bonten x lectora (Yandere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora