~42~ Ocultar

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Tu cabeza se agachó inmediatamente para esconderse cuando los ojos de Koko se dirigieron hacia tu dirección.

"¡Carajo!"

Mantuviste la cabeza agachada y fuera de la vista desde el otro lado del cristal. Aprovechaste los anchos hombros y la enorme figura de Draken para ocultarte mientras te deslizabas lentamente para levantarte de la silla.

-¿Qué demonios estás haciendo?- no respondiste a Draken y continuaste deslizándote de tu silla. Te aseguraste de estar fuera de la vista del cristal.

-¡Oye! Te he preguntado qué haces.

Miraste a Draken mientras te ponías un dedo en los labios para indicarle que se callara de una puta vez.

-No hables, joder.- le dijiste mientras te levantabas con éxito de la silla y ahora, estás de rodillas en el suelo.

"¿Debería arrastrarme fuera de aquí? No, eso sólo me haría parecer sospechosa y.... estúpida."

Con tus rodillas aún tocando el suelo, te levantaste lentamente mientras mirabas detrás de Draken. Tu visión se dirigió al lugar donde Koko y Kakucho estaban antes.

-Oh... gracias a Dios.- suspiraste aliviada al encontrar el lugar vacío de ellos. Al sentarte en el respaldo de la silla miraste a Draken que te miraba confundido.

-¿Qué?- preguntaste mientras te arreglabas el vestido y veías a la camarera de antes caminar hacia tu dirección tendiéndote tus pedidos. Después de darle las gracias, te das un capricho con el postre. No sabes si es porque se te ha antojado o porque quieres terminar cuanto antes y salir corriendo de aquí.

Mientras te metes una cuchara llena de tarta de queso en la boca te das cuenta de que Draken ni siquiera se ha movido de su sitio mientras te miraba con expresión de sorpresa.

-Vaya, eres como una aspiradora.-dijo mientras negaba con la cabeza.

Tus cejas se fruncieron.

-¿Sabes qué?-masticaste primero la comida en tu boca antes de continuar. -...Si no tienes cosas bonitas que decir, ¿por qué no te callas la boca?- le gruñiste y continuaste comiendo.

Después de unos minutos, finalmente terminas de comer tu postre. Te limpias las migas y la mancha de la boca con un pañuelo y bebes un poco de agua. Primero miras a tu alrededor para asegurarte de que Koko y Kakucho no están cerca antes de levantarte.

-¿A dónde vas?- preguntó Draken mientras se levantaba y te seguía por detrás. La cuenta ya fue pagada antes por Draken, obviamente, así que no tienes que quedarte más. Aparte de sentirte ansiosa también quieres simplemente irte a casa.

-Me voy a Marte, Draken, ¿quieres venir? A donde crees, por supuesto que voy a revisar mi teléfono.- dices sarcásticamente mientras caminas hacia el taller de reparación de teléfonos. Te desatas el pelo y dejas que unos mechones te cubran la cara rezando para que te ayuden a ocultar tu rostro.

Draken dejó escapar un gemido.

-Muy gracioso. Sabes que no han pasado cuatro horas desde que lo dejamos, ¿verdad? No se va a arreglar, sólo han pasado dos horas.

-Entonces, ¿por qué no te vas a casa? Suenas y pareces tan aburrido entonces solo vete a casa.

-No me voy a ninguna parte. Ya te he dicho que pagaré la reparación.

Te detienes en tu camino al ver a la persona. Koko.

Tu pie se movió tan rápido como tu cabeza mientras dabas un latigazo hacia atrás y mirabas a Draken. Tu mano agarra su muñeca mientras lo arrastras al interior de la tienda a tu derecha.

Sugar Rush || Bonten x lectora (Yandere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora