Sugar Rush || Bonten x lectora (Yandere)

~18~Enferma

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Colocaste el americano helado en la bandeja antes de servirlo a un cliente.

-Disfrute de su comida, señor.-le dijiste con una sonrisa mientras él cogía la bandeja. Él sonrió amablemente antes de dirigirse a un asiento libre, tu sonrisa se desvaneció lentamente mientras dejabas escapar una tos. Te cubriste la boca mientras te alejabas del mostrador para soltar unos cuantos más. Después de unos minutos inhalaste profundamente antes de tomar un poco de agua tibia, escuchaste que alguien caminaba hacia ti y viste a Ichiro sosteniendo una fregona.

-Jefa, ¿estás bien?-preguntó mientras colocaba la fregona sobre el mostrador para apoyarla.

Asentiste con la cabeza antes de sonreírle.

-Sí, estoy bien, es sólo una tos.

Las cejas de Ichiro se fruncieron mientras te miraba con desconfianza.

-¿Está usted enferma, jefa?-preguntó antes de acercarse a usted.

Dejaste escapar una risa forzada y desviaste la mirada hacia él.

-¿Qué? ¿Yo? ¿Enferma?-te señalaste a ti mismo.-No, no lo estoy. Estoy sana como un caballo Ichi. Así que... no te preocupes y vuelve al trabajo.-intentaste hacerte la interesante.

Te sobresaltaste cuando Ichiro puso una mano en tu frente para comprobar tu temperatura y sus ojos se abrieron de par en par.

-¡Jefe! Estás ardiendo de fiebre!-exclamó. Intentaste taparle la boca cuando te diste cuenta de que unos cuantos clientes miraban en tu dirección, les diste una sonrisa educada antes de tirar de Ichiro hacia una esquina.

Miraste a Ichiro con un leve enojo.

-¡Cállate! No grites, por el amor de Dios!-le gritaste en un susurro.

-Pero tú...

-Lo sé, ¿vale? Lo sé.-le dijiste antes de soltarle la mano.-Sólo estoy tratando de terminar el trabajo antes de ir a casa y descansar

Ichiro trató de abrir la boca para decir algo pero lo volviste a fulminar con la mirada para que se callara.

-Descansaré y me iré a casa después del trabajo, ¿vale? Así que no te preocupes y vuelve al trabajo, estaré bien. Sólo tenemos cuatro horas hasta el cierre y sé que puedo aguantar hasta entonces.-le explicaste antes de empujarle de nuevo a su trabajo. Ichiro parecía no querer, pero no tuvo más remedio que obedecer.

Sacudiste la cabeza al ver que seguía fregando el suelo y limpiando las mesas. Caminaste hacia el mostrador y estabas a punto de atender al cliente que esperaba cuando te sentiste mareada. Te agarraste a la barra de la cocina antes de respirar profundamente y relajar la cabeza.

"Por eso odio ponerme enferma."

Tras unos segundos de descanso, saludaste al cliente con una sonrisa antes de tomar sus pedidos, preparaste sus bebidas y colocaste su comida en una bandeja antes de servirsela.

"Estoy bien, estoy seguro de que mejoraré con el paso del tiempo sobre todo porque ya me he tomado un medicamento esta mañana. Seguro que al cabo de unas horas este resfriado y el dolor de cabeza desaparecerán."

Así que, durante las próximas horas eso es lo que te pegas en la cabeza. Haces tu trabajo como lo haces normalmente, le dedicas una sonrisa a cada cliente y a veces haces alguna pequeña charla con tus clientes habituales.