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Advertencias: Violencia

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El viento aullaba alrededor del bosque mientras azotaba salvajemente las ramas de los árboles que se balanceaban alrededor. Tu pelo se apartó de tu cara mientras soplaba en tu dirección, la figura de los siete hombres rodeaba tu cuerpo inconsciente mientras todos te miraban con desprecio.

-Deberíamos irnos. La noche aún es joven quien sabe si alguien escuchó el disparo, además no podemos dejarla aquí unos minutos más. Se pondrá enferma y está herida.- Kakucho rompió el silencio. Sus ojos viajaron por tu cuerpo, líneas rojas con sangre sorbiendo son visibles alrededor de tus brazos y piernas. Incluso vio cortes en tus pies y talones ya que perdiste tus sandalias mientras corrías, no te diste cuenta y seguiste corriendo descalza.

Mikey, que está arrodillado a tu lado, te cepilla los mechones de pelo que quedan en la cara para poder ver tu rostro pálido y cubierto de lágrimas. La suciedad y algunos rasguños marcaron tu hermosa cara lo que hizo que su estado de ánimo fuera más oscuro de lo que ya es. En lugar de levantarte y acunarte en sus brazos, se levantó y se dio la vuelta.

La rabia que siente es demasiada, alimentaba todo su cuerpo que solo con ver tu cara empeoraba. Aunque eso es lo que quería hacer, tomarte en sus brazos, sabe que la posibilidad de hacerte más daño es alta.

-Que alguien la lleve. Tenemos que irnos.- ordenó fríamente antes de caminar hacia la dirección del camino.

-¡Yo! ¡Yo la llevaré!- gritó Sanzu voluntariamente con alegría mientras levantaba su mano derecha. No esperó la respuesta de Mikey e inmediatamente recogió su cuerpo del suelo. La sonrisa en su rostro es más amplia que nunca, aunque su expresión de antes al verte huir era más oscura que la noche.

-Ven aquí, mi conejita.- te susurra al oído mientras coloca tu cabeza sobre su pecho. Tu cuerpo se acomoda perfectamente en sus brazos mientras comienza a caminar detrás de Mikey a unos metros de distancia. Su pequeño apodo para ti hace que su corazón lata con fuerza, está seguro de que te encantará. Verte huir de él antes casi le destroza el corazón, pero cuando te vio saltar y brincar ansiosamente para evitarlos, de alguna manera le hizo feliz..... Parecía un conejito asustado. Por alguna razón le gustaba atraparte, correr detrás de ti. Por eso se enfadó cuando Ran le ganó en llegar a ti.

"Ese imbécil."- pensó Sanzu.

Le lanzó a Ran una sucia mirada lateral antes de besar tu pelo y olerlo. El lado de sus labios se levantó al oler tu perfume familiar, el calor de sus mejillas viajó hasta su polla cuando empezó a ponerse dura. Sin embargo, no le importaba; de hecho, le importaban una mierda los límites para su deseo sexual por ti. Quería mostrarte lo mucho que ansía por ti, aunque es bastante desafortunado ya que estás inconsciente en este momento.

Sanzu te abrazó con fuerza cuando por fin salieron del bosque y el coche se puso a la vista. Se acerca al coche dando saltitos, sintiendo que los lados de sus labios casi se desgarran de tanto sonreír cuando te coloca dentro del coche.

"Por fin llegas a casa, mi conejito."

Después de colocarte en el asiento trasero, estaba a punto de sentarse a tu lado cuando una mano le tiró del hombro y le arrebató.

-¡Qué carajo! ¿Quién demonios...?- sus palabras se cortaron cuando vio la expresión sin emoción de Mikey mirándole fijamente.

-Muévete. Yo me sentaré atrás, tú conduce.- dijo la fría voz de Mikey antes de deslizarse a su lado y cerrar la puerta, dejando solo al aturdido Sanzu.

Sugar Rush || Bonten x lectora (Yandere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora