𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄 𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀

Capitulo 14

UNA SEMANA DESPUÉS

Ya van casi dos semanas, y adivinen quienes no se hablan, exacto, yo y mi estúpido hermanó mayor, sólo me hablá para regañarme por qué ando sóla ¿¡Que mierda le pasá por el cerebro!? Sabé perfectamente bien que odió la compañía, odió cuándo alguien está a mi lado todo el jodió día, ¡Oh y casi lo olvidó! Umbridge se puso toda paranoica porqué supuestamente nuestra educación no era la correcta ¡Esa vieja definitivamente tiene que ir a terapia!. A estado haciendo una especie de evaluación a los maestros, y hoy le toca a mi querido padrino.

Umbridge: Usted fué el primer candidato para defensa contra las artes oscuras ¿No es así?

Snape: Si.

Umbridge: ¿Y no le dieron el puesto?

Snape: Es obvio. —umbridge sonrió burlona y salió del salón. Blaise, Mattheo y yo soltamos unas sonoras carcajadas, ganándonos que Snape nos diera un libretazo a cada uno y sólo aumentó nuestra risa, haciendo que Tom y Draco también se contagien y rían por lo bajó—

Salimos de clase y cada uno tomó su camino, está ya era la última del día, lo que éso indicaba algo, que podía ver a luna, toda está semana la he visto cuándo voy al bosque en la noche y es la única compañía que toleró y me da la tranquilidad que he estado buscando por muchos años.

Mattheo: ¡Elizabeth! —me giré a verlo y caminó a pasó apresurado juntó con Tom— cancela tús planes, nos vamos. —me jalaron de ambos brazos y no me dejaron ni responder—

Elizabeth: ¿Cómo que nos vamos?

Tom: Papá, quiere hablar con nosotros, en especial contigo.

Elizabeth: Yo no quiero hablar con el viejo —me jalone y los hice parar— Yo no quiero ir a éso que le llamamos hogar. —me intente safar pero me jalaron haciendo que entremos a una chimenea qué no se en qué momento apareció—

En un abrir y cerrar de ojos aparecimos en la chimenea del gran comedor, ya estaba mi estúpido padre sentado, esperándonos con unos platos de comida.

Voltemort: Por fin llegan, tomen asiento.

Tom me dió un codazo para que caminará y así lo hice, cada uno se sentó en una silla, Tom y Mattheo se sentaron enfrente mío y comenzaron a comer, yo sólo veía el plato sin apetito alguno.

Voltemort: ¿No vas a comer Elizabeth?

Elizabeth: No tengo hambre. —no le di la mirada y tomé de la copa que tenía servida de vino— Habla yá ¿Pará que nos querías ver?

Tom: ¿¡Te podrías calmar almenos unos minutos!? —levante la mirada y me encontré con la de mi hermano mayor, con la mandíbula y manos tensadas, rodé los ojos y bajé la mirada para ver mis manos—

Voldemort: Los llamé por qué hay algo que Potter está haciendo a espaldas de Dumbledore y del ministerio.

Mattheo: Potter no a hecho ningún movimiento.

Tom: Lo hemos estado vigilando y no hay nada fuera de lo común.

Voldemort: Entonces no han hecho bien su trabajó, y más por qué su hermana lo sabe todo. —senti las miradas de los tres. Genial, ¿Cómo es qué a éste viejo no se le escapa nada? No podemos tener secretos—

Mattheo: ¿Que es lo que nos has estado ocultando Eli?

Levanté la cabeza y vi a cada uno, tardé mucho en responder.

Elizabeth: Potter y sus amigos han estado practicando encantamientos en el salón de menesteres, van todas las tardes cuándo terminan las clases, según ellos para estar listos cuándo los ataquemos, se hacen llamar El ejercicio de Dumbledore.