𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄 𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀

Capituló 46

Ya era otro día, al despertar yo ya estaba en la cama y no había nadie, tampoco mi varita.

Va medio día y no he visto a Nott, que sin duda el trae mi varita, tantas clases y ninguna coincidimos, durante el desayuno y la comida tampoco lo he visto, hoy se atrasó el entrenamiento, así que iré a verlo cuándo termine estos últimos segundos de clase, ayer ya falto, así que hoy no lo va a hacer, le importa mucho Quiddich.

Y sonó la campana.

Guarde todo con agilidad y solo veía alumnos que hablaban y salía.

Harry: Riddle —me llamo, acercándose— Newt te está buscando.

Elizabeth: ¿A mi? ¿Para que? —seguí acomodando las cosas en la mochila—

Harry: Nos dejaron una tarea de D.C.A.O y tú sabes mucho de eso y libros que nos podrían ayudar.

Elizabeth: Si Harry —lo voltee a ver por primera vez— Solo que necesitó primero encontrar Nott.

Harry: ¿Pasó algo?

Elizabeth: No, solo.. se llevó mi varita por equivocación ¿No lo has visto?

Harry: Hace unas dos horas terminó su entrenamiento, pero antes de entrar a esta clase lo vi ahí, creó que estaba sólo.

Elizabeth: ¿Por qué no me dijeron que les cambiaron los horarios? —tome la mochila y me fui con cierto coraje—

Salió corriendo siguiéndome el paso pero no lo consiguió, poniendo sus manos alrededor de su boca para gritar.

Harry: ¿¡Vas a ayudar a Newt!?

Elizabeth: ¡Y de paso a ti! —me giré pero no deje de caminar— ¡Te busco después Harry!

Me volví a girar para aferrar las correas de la mochila y correr por los pasillos para llegar al campo, tengo qué apresurarme si no quiero que Nott se me escape otra vez. Empujaba a gente para abrir camino pero era complicado, a todos se les dió por salir de clases eh ir con una calma por los pasillos, en una de esas empujadas me callo algo en él brazo derecho, no me fije bien que me callo, lo único que quiero es salir de esta multitud.

Logre salir de esos pasillos más transitados, sólo quedan unos pocos para llegar, en estos también hay gente pero la normal qué hay durante la semana. Pero no porque haya menos gente quiere decir que deje de correr, al contrario, acelere el paso y por hacer eso, me estampé contra un cuerpo robusto, pero así como caí me levanté y seguí mi camino, no me tome la delicadeza de ver quien era, pero de reojo pude ver que su túnica era roja. Con casi el corazón de fuera llegué al maldito campo de Quiddich y ahí estaba el castaño, estaba arriba de su escoba, volaba bajo y estaba quieto viendo hacia la dirección del bosque, él atardecer que normalmente hay hace que te enamores del cielo.

Más tranquila, baje por las gradas hasta llegar a la primera fila, y doña torpe piso mal un escalón y se fue hasta la primera fila de puro culo, eran pocas filas las que me faltaban pero eso no quita que duela.

El castaño se giró a la defensiva al escuchar el golpe al caer y los quejidos, al ver que era yo soltó una sonora carcajada, descendió y paró la escoba, recargándose en el palo y viéndome con burla. Como si fuera divertido.

Como había quedado justo en el pasto, subió a la primera grada y por la espalda pasó sus brazos por debajo de los míos y me levantó como una niña que se había caído, que técnicamente si pareció eso, me ayudó a sentarme en la banca y volvió a reír en silencio.

Theodore: ¿Eres o te haces la torpe Riddle? —me siguió dando una sonrisa burlona, marcando sus hoyuelos—

Elizabeth: Solo pise mal los estupidos escalones. —me explique—