Capituló 51

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Blaise: No soportó la cabeza. —se volvió a quejar por décima vez mientras sobaba su sien con las yemas de sus dedos—

Ahora se queja pero ayer era feliz en la noche, ayer nuestras queridísimas serpientes decidieron hacer una fiesta y ahora casi media escuela tiene resaca. No querían ver ni la luz del día. Sus ojos
estaban cubiertos por unas gafas de sol, sus ojeras se apoderaban de su cara y, a pesar de que intenté ponerle un poco de maquillaje, no se ocultaban. Como era de esperarse, me había regañado por haberme ido y dejarlo solo sin avisar; según él, me buscó hasta en el más mínimo rincón de la sala común. No siguió, pues tan fuerte se volvió la jaqueca que decidió darle punto final a su propia discusión.

Elizabeth: Solo falta una clase, trata de no caer rendido al suelo. —intenté darle ánimos—

Y justo la campana suena, haciendo que la mayoría se tape los oídos, bien, se ve quién estuvo en esa fiesta.

(...)

Marcus: ¡Buenos días malditos ebrios! — saludó en un grito, golpeando a la
mesa—

Adrián: ¿Qué te ocurre imbécil? —grito cabreado y apretó con sus brazos su cabeza—

Elizabeth: Hola, Flint. —le devolví el saludo, acariciando la cabeza de Mattheo ya que estaba recostado sobre sus brazos—

Tom: Creo que a alguien no se les quita la resaca imperdonable. —río ante ver la escena de todos acariciando su sien por el dolor—

Marcus: Les vengo a avisar que el entrenador ha llamado a todo el equipo.

Blaise: No tengo cabeza para entrenamientos ahora. —se dejó caer en la mesa—

Theodore: ¿Ese hombre quiere matarnos? No tenemos humor de soportar sus gritos de mujer menopáusica. —mi gran amigo levantó la cabeza y gimio—

Blaise: Al menos te has salvado de la instructora del nuevo círcuito, Nott.

Todos, a excepción de Marcus, Tom y yo están ebrios, fuimos los únicos qué controlamos nuestras bebidas y paramos en el momento indicado para evitar justo esto.

Theodore: Prefiero arrancarme la cabeza antes de elegir entre ellos dos. —gruño levantándose de la mesa— ¿Nos esperaras Riddle?

Elizabeth: Nah, tengo cosas que hacer.

No he olvidado su comportamiento ayer por la tarde y ahora sumando el de anoche. Así borracho subió a mi cuarto y no me dejo dormir, se la paso hablando estupideces sobré que estaba linda, que sería en un futuro la señora Nott, estaba demasiado tomado, no podía sostenerse sobre si mismo y me tocó llevarlo casi arrastrando a su cuarto.

Theodore: ¿Con quién vas a salir ahora? —inquirió, sin quitar su cara de mal humor que se podía ver a kilómetros—

Elizabeth: Newt, le cánsele una cita por quedarme con un idiota y la voy a reponer. —si, sabía quién era idiota—

Theodore: Mmm ya. —mordió el interior de sus mejillas—

Mattheo: Solo porque tengo una resaca no discutiré ni mencionaré nada. —bufó con molestia, tomando su mochila del suelo y levantándose—

Adrián: Oh, vamos, Mattheo, tú sabes que el chico no es malo.

Mattheo: No lo digo por eso, creí que mi cuñado era Nott. —bufo como si hubiera perdido una apuesta—

Theodore: Cállate, Riddle, tu voz aumenta más mi dolor. —mofó tendiendo su mano y luego cubrir sus ojos—

Tom: ¿Han intentado tomar una aspirina?

 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃  𝐐𝐔𝐄  𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄  𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora