𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄 𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀

Capítulo 62

THEODORE

Y cómo lo dije ayer, aquí la estoy esperando fuera de la biblioteca a la misma hora, de cierta manera me causa nervios el que no venga por querer estar tranquila y ya no saber de mi.

Recargue mis antebrazos en un ventanal cerca a donde estaba y esas palabras me vinieron a la mente.

"Este año me retiro del ministerio, quiero que te quedes en mi lugar y para que no reniegues sobre este cargo, te iras a New York como tanto querías."

No voy a mentir, me encanta New York y la razón por la que me quería ir es porque quería olvidar mi pasado, olvidarme que tengo un padre, si es que así se le puede llamar a la persona que te lastima física y psicológicamente, olvidarme el porque Elara ya no está aquí conmigo, olvidarme de Malfoy y olvidarme de lo insignificante que es mi vida y empezar desde cero haya, en donde sólo saben quien soy por mí apellido pero no por mi historia.

Anhelaba que el año terminara para poder irme, sabía que mi padre me iba a dejar en su puesto y lo único bueno era que me iría de Londres, pero ahora, ahora no quiero que esto termine y no quiero dejar Londres. No al menos que ella venga conmigo, pero sería egoísta al quitarle sus planes que tenga, ella ya consiguió la vida que tanto quería años atrás; tiene de regreso a su madre, su padre cambió como tanto quería, todo volvió a ser feliz en su mundo, pero en el mío..

Nuestro final será como la frase de "No tuvieron un final feliz pero sonrieron todas las horas que pasaron juntos, solo por eso, valió la pena".

Esta mierda duele y creí que el dolor de un corazón roto era bastante fuerte, pero lo es aún más una alma, y eso me duele a mi, me duele el alma. Algo en mi se removió, fue una punzada en el pecho acompañado de un enorme hueco, mis ojos ardían y mis labios temblaban a la par, pero de la nada sentí una paz eh hizo que ese sentimiento disminuyera.

Elizabeth: ¿Nos vamos a quedar aquí toda la noche? —susurró con cautela—

Me gire al escuchar esa voz, estaba recargada solo de lado en una columna que no quedan muy lejos; traía puesto su uniforme de diario sin la túnica, las mangas remangadas hasta los codos y la corbata bastante floja para el nudo que debería de llevar, sin olvidar que su cabello estaba recogido en una alta coleta de la que colgaban dos delicados mechones y sin mencionar sus peculiares lentes. Aveces me pregunto si está igual de ciega que Potter.

Me acerqué a ella metiendo mis manos en los bolsillos y pensando la respuesta que le iba a dar, al final levantando mis hombros como si me diera igual.

Theodore: Dependiendo.

Elizabeth: ¿Que cosa?

Theodore: Si quieres seguir con ese aburrido castigo, o quieres venir conmigo a un lugar. —no lo pude evitar, una sonrisa me delato que todo esto era un pretexto para tener una salida con ella—

Elizabeth: ¿Entonces todo era un pretexto para tener una cita? —bufo con ironía— creí que eras de los directos Nott.

Theodore: Tómalo como quieras.. —comencé a caminar y esta solo me veía sin hacer nada, bien creo que ya no es como antes que me seguía el paso— ¿Bienes?

De mala gana y con los brazos cruzados camino para seguirme, durante la caminata me tente muchas veces a hablar para romper ese silencio pero me arrepentía así que así seguimos, sólo se dedicaba a ver por donde la llevaba. Le encanta el bosque y tal vez se a adentrado a lo más profundo pero nunca se ha tomado la delicadeza de observarlo bien y ver su magia..

Llegamos a una parte bastante obscura y tétrica cubierta de árboles y de pasto alto, sólo estaba la luz de la luna así que a dónde la llevaba sólo se veía una montaña de hojas que te daba escalofríos acercarte.