Capitulo 2

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Maldito sea el día que llegaron ésas cartas. Nos levantaron temprano para alistar las maletas y desayunar con calma. Los Malfoy se habían quedado a dormir debido a que ellos nos iban a acompañar a la estación King cross, ya que si nos llevaba papá iba hacer algo muy estúpido de nuestra parte.

Cissy siempre fué una madre pará nosotros, cuándo éramos niños siempre en las mañanas nos llevaba el desayuno a la cama, y ahora que la volvíamos a ver, no era la excepción.

(...)

Narcissa: Eli.. Despierta. —su voz dulce inundo mis oídos, sintiendo algunas carícias en mis mejillas—

Elizabeth: mmm —fue lo único que pude contestar, seguía con los ojos cerrados—

No había podido descansar mucho, el dolor aveces era más insoportable y era imposible dormir con el. Pude percibir su dulce risa, y sus delicados dedos quitar los mechones que tenía en la cara.

Narcissa: Ya se les hace tarde para preparar sus maletas, tús hermanos yá se están cambiando. —claramente era demasiado temprano, pero cómo los niños siempre salen dos horas después de lo acordado, tienen que levantarse más temprano para salir a buena hora—

Comencé a frotar mis ojos en círculo tratando de poder abrirlos, cuándo por fin lo conseguí, pude ver a cissy sentada a un lado de mí, viéndome con ésa mirada que solo ella tenía, una mirada llena de amor, cariño y bondad, no pude evitar sonreír de oreja a oreja, era lindo volver a verla después de tantos años.

Elizabeth: Buenos días cissy.

Narcissa: Buenos días linda, ¿Cómo dormiste? —acerco su mano a mi mejilla y dejó una tierna caricia con sus manos tibias y suaves—

Elizabeth: Si te digo que bien, estaría mintiendo. —desvie mi mirada hacía la ventana qué ya estaba abierta, se podía apreciar un lindo bosque llenó de neblina y obscuridad—

Narcissa: Supongo que fué por los cruicius, no te preocupes por eso —se levantó de la cama y tomó una bandeja que estaba en mi mesita de noche— Te traje el desayuno que tanto te gusta, frutos rojos y un jugo de naranja recién hecho, sé que tal vez es raro que te traiga el desayuno pero te había hechado de menos todos éstos años.

Sonrei de manera inconsciente y lo único que hice fué lazarme sobre sus brazos como una niña chiquita, ella respondió al abrazo muy gustosa mientras me acariciaba la cabeza.

Narcissa: Anda, desayuna y prepárate, no tardamos en irnos —se separó del abrazo lentamente— Te dejó que desayunes tranquila, también te traje una poción más fuerte pará el dolor, la preparo tú padrino.—dicho éso caminó hasta la puerta, antes de cerrarla por completo me dedico una última sonrisa que transmitía paz—

Mattheo: Es linda verla de nuevo ¿No? —hablo de la nada—

Elizabeth: ¿De dónde carajos saliste? —me sobresalté—

Mattheo: Entré a tú habitación para despertarte pero sólo pude abrir las cortinas, escuché a cissy abrir la puerta y me escondí en el baño.

Elizabeth: ¿Y por qué te escondites genio? Pudiste explicarle y luego te vas.

Mattheo: Porque recordé que ayer la señorita no bajó a recibirla, por lo tanto no quería arruinar tú momento con ella.

Elizabeth: Que considerado.

Mattheo: Si, ya deja de lado tú sarcasmo tan temprano, ya estás igual que Thomas, y ya cámbiate, se nos hace tarde. —se fué dándo un portazo cómo acostumbra hacer—

(...)

Los Malfoy y papá nos esperaban en la puerta mientras que Mattheo revisaban por quinta vez las maletas, procurando qué no le faltará nada.

 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃  𝐐𝐔𝐄  𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄  𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora