Francine Cavalia

39 5 26
                                    

El Espíritu Libre

 Área 8: Emerald Gardens

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Área 8: Emerald Gardens

18 años

Altura: 1.76

Peso: 64

Cosechada

Arma: Alabarda

Fortalezas: Prudente, Despreocupada, Discreta

Debilidades: Competitiva, estrés post traumático, distraída

Amuleto: Adorno para el cabello

Por la posición de las sombras, deduzco que se acerca el medio día. Pronto se acabará el concierto del alba. Se le llama así al conjunto de aves cantoras que tienen por hábito despertarse con los primeros rayos de sol a buscar alimento y socializar. Después del medio día cambia de nuevo, y cuando las sombras se vuelven largas y el sol se empieza a esconder tras la línea del cielo otras especies toman el relevo, modificando las notas de la sinfonía una vez más. Lo sé porqué lo he observado día tras día durante muchos años.

Los pájaros siempre fueron mi animal favorito. Tienen una voz calmante e inspiradora, son escurridizos y pueden escapar del alcance de cualquier criatura terrestre con sólo agitar sus alas.

Fue un antiguo profesor mío quien tiró abajo sin piedad todas mis ideas románticas sobre estos animales. Me explicó que el canto que a nosotros los humanos nos parece tan bello, para ellos significa otra cosa muy distinta. Es una forma de reclamar el territorio como suyo, donde tienen alimento o un nido que proteger. También puede convertirse en un rito de cortejo. La explicación me marcó. Me gusta cuando alguien hace evidente algo que a mí siempre se me estuvo escapando, no soy de las que se quedan en trance pensando sobre el significado de la vida. Prefiero disfrutar de las pequeñas cosas a un nivel más mundano, menos trascendental.

Desde ese día ya no lo vi de la misma manera, aunque eso no significa que dejase de gustarme. Era una parte esencial de nuestro lugar predilecto junto con el río Cylon, la cascada, la vegetación y las ardillas. Un lugar nuestro, perdido en un recóndito rincón del parque de Cylon, la zona verde más amplia de Panem donde ni los automóviles pueden oírse.

Atrás quedan los árboles que crecen en meticulosa hilera, los arriates de flores plantados con precisión milimétrica y los caminos de baldosas flanqueados por bancos, farolas, fuentes y estatuas. Empezamos a fijarnos en el lugar, yo, Tasha y Lei porque era un sitio hermoso y muy poco concurrido. Todo en él era espontáneo y perfecto. Podíamos trepar a los árboles, bañarnos en el río o símplemente estar en paz tiradas sobre el pasto. Pronto lo hicimos nuestro, y veíamos con malos ojos a cualquiera que se acercara ahí, incluso a los encargados de mantenimiento.

Así fueron pasando los años. Y a pesar de que crecimos, seguimos reuniéndonos en el lugar mágico.

Éramos tres, o más bien cinco contando a Opaline, mi collie y Little Miss Sunshine, la yegua blanca de crin dorada de Lei. Ahora su familia ni siquiera puede permitirse el mantenerla y ella está tratando de que no se la arrebaten. Nuestras compañeras peludas, también formaban parte del grupo como nosotras tres.

Causa y EfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora