Lanzamientos y baño de sangre - Parte 1

33 4 23
                                    


Emerson Cullay, 16 años

Emerald End

—¡Arriba, arriba Emerson! ¡Llegó el gran día!

Aprieto los párpados cuando la luz se enciende. Cleopatra ha entrado a mi habitación como un toro desbocado.

—Oh, Cleopatra. Ya podrías tener un poco de compasión conmigo ya que no va a haber camas cómodas en la Arena a no ser que sea un hotel, cosa que dudo porque eso ya lo hicieron y esta será mi última vez por un tiempo en el confort del hogar.

—Bueno, por el otro lado deberías empezar a adaptarte desde ya, apegarte tanto a las comodidades no te va a hacer bien, es lo que hace a un buen tributo —dice, tras lo cual me da un tirón de las sábanas exponiendo mi cuerpo a una molesta diferencia de temperatura.

Decido no quejarme más, quería hacerme ver despreocupado como que los Juegos no me parecen gran cosa, pero tal vez no me haga ver tan bien como esperé.

—¿Sabes qué? Tienes toda la razón. ¿Dónde está mi ropa?

Me paseo por la habitación en ropa interior mientras ella abre el armario y escoge algo por mí. Voy a tener que cambiarme pronto de todos modos, la dejaré salirse con la suya esta vez.

Un copioso desayuno me espera ya en la mesa. Francine está ahí, Soul la está maquillando ella misma, algo me dice que no ha dormido nada y posiblemente también haya llorado.

—¿Despidieron a los de preparación?

—No, pero este maquillaje es especial y sólo yo sé aplicarlo, sé que no quisiste tomar mi valiosa ayuda pero te recomiendo que te eches un poco, si luces demacrado podrían señalarte como un blanco débil. La falta de sueño reduce tus reflejos.

—De hecho lo sabía, pero he dormido bien, gracias por la oferta de todos modos —digo sirviéndome tocino y huevos fritos.

—Emerson —dice Cleopatra—, el maquillaje de Soul está compuesto de una mezcla de minerales que son absorbidos por la piel y que calmarán tu nerviosismo y te infundirán confianza. Deberías pensárselo al menos, tu mentora está siendo muy generosa ofreciéndotelos tras tu desaire hacia ella.

—Bueno, sólo porque insistieron, no que esté falto de confianza ni nada.

Quizá me convenga quedar bien con Soul antes de partir visto que sigue molesta por mi decisión de trabajar en solitario. Si Francine muere antes que yo no creo que me de la espalda. Ella quiere reconocimiento tanto como los otros.

—Ay Emerson, debiste haberte dejado aconsejar —se queja Cleopatra—, sufro tanto por ti.

—Nah, lo que necesito no son consejos. ¿Sabes qué es lo que me hace más falta? Un abrazo de buena suerte —me levanto y abro los brazos—. Vamos Cleo, ven a darme uno.

—Es un embaucador este chico —bromea viniendo a abrazarme—. Ten cuidado con él Francine, no lo pierdas de vista.

—Tranquila, no pensaba hacerlo.

Aún no me cabe en la cabeza que Francine no dejara tirados a ese par de lastres y se viniera con nosotros. Estaría mucho mejor.

De camino al aerodeslizador Soul no deja de susurrarse con ella al oído. Me siento abandonado a pesar de saber que yo mismo me lo he buscado.

—¿No me vas a dar tú otro abrazo de buena suerte? —le digo a Soul, en un último intento por quedar bien con ella.

—Sí, tal vez sea buena idea que te transmita algo de buena vibra —responde y me da un breve abrazo.

Causa y EfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora