La pena y el dolor que infringes volverán forzosamente a ti como un boomerang, para golpearte con la misma intensidad que usaste al lanzarlos. No es castigo: es enseñanza. No es capricho: es moraleja. No es venganza: es justicia. Llegó el turno del...
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Área 10: Peace Road
17 años
Altura: 1.65
Peso: 56
Cosechada
Arma: Artes marciales, cerbatana
Fortalrzas: Centrada, Intuitiva, Suspicaz
Debilidades: Amante de los animales, nostálgica, compasiva
Amuleto: Medallón
—¿Es nueva esa camiseta? Te sienta muy bien.
—Tienes buena memoria —le digo a mi tía.
—A ver ponte de pie, quiero verla mejor.
Me levanto y giro sobre mí misma. Cuando termino oigo un silbido y al mirar, no es mi tía la que aparece en el holograma sino mi hermano.
—¡Leoth! —me quejo—. Estaba hablando con la tía. Dile que vuelva.
Él hace un puchero.
—¿No quieres hablar conmigo? —pregunta.
—Sí que quiero pero ese no es el punto, estaba en mitad de una conversación con ella.
—Te ves muy linda —dice ignorando mi última frase.
—Gracias. ¿Puedo seguir ya hablando con la tía?
—Como quieras. Pero antes...
El levanta la mano en el aire, invitándome a que choquemos las manos. Es nuestro saludo. Yo lo hago, pero al ser un holograma, mi mano atraviesa la suya y supongo que a él en el otro lado también le habrá pasado lo mismo.
—Se siente extraño hacerlo así —digo.
Y en ese instante se abre la puerta y mi madre se asoma a la habitación.
—¿Otra vez haciendo una holollamada? ¡Nos va a costar una fortuna la factura de este mes!
—Tengo pensado pagarla con mi propio dinero —le contesto.
—Con un dinero que deberías estar ahorrando.
—¿Hablas con mamá? —pregunta Walter.
—Así es —digo reprimiendo un suspiro.
—¡Leoth! Ya volviste a dejarte el cabello largo. ¿Qué hablamos al respecto?
—No puede oírte mamá, necesitas ponerte la muñequera.
—Cuelga pronto —me dice ella con voz severa.
—Está bien. Ahora... ¿Puedo terminar de hablar con mi hermano y con la tía en paz?