⚛Capítulo 23⚛

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Fabia se encontraba frente a mí clóset moviendo la ropa de un lado a otro buscando algo "decente" para mi.

—¿Y es que tu no viste otra cosa que no sean franelas, shorts y jeans anchos?

—No. —perdía el tiempo, allí no iba a encontrar un vestido, falda o top brillante.

Esperaba que se rindiera, la verdad es que no tenía ánimos para ir a una discoteca. La vi sacar su móvil y luego de hacer algo en el lo volvió a guardar en su bolsillo, pocos minutos después mi hermano entraba a mi cuarto sosteniendo algo cubierto por un forro negro.

—Tu salvación a llegado. —canturreaba mientras abría el forro y sacaba un diminuto vestido de lentejuelas negras.

Debí haberme imaginado que estos dos se pondrían de acuerdo, ¡joder, nunca aceptan un no por respuesta!

—Póntelo. —ordenó mi hermano.

Tomé el vestido entre mis manos y le di un vistazo, era bonito pero excesivamente corto, muy al gusto de Fabiana y Jayson.

—¿No había algo más corto? —el sarcasmo teñía mis palabras, cuando iba a ir al baño para cambiarme mi hermano me detuvo.

—Mi instinto de hermano mayor me dice que hoy follas, así que ten. —me entregaba una pequeña bolsita de alguna tienda de lencería.

No presté más atención a ninguno de los dos y salí rápido de mi habitación, apenas entré al baño me deshice la toalla y busqué en la bolsita que me había dado Jay, había un culotte de encaje rojo, me gustó, viniendo de mi hermano pensé que sería algo más vulgar.

Me puse la ropa interior y el vestido. Para no usar este tipo de ropa debía admitir que me veía bien, parecía alguien completamente diferente.

Volví a mi habitación donde me esperaba mi prima con un montón de maquillaje y mi hermano con una rizadora.

¡Ay no! Esto se descontroló.

Mi hermano me sentó en una silla frente a Fabia quien empezaba a tomar brochas y polvos sueltos mientras él separaba mi cabello en partes y comenzaba a hacer ondas en las puntas.

—Ten esto, es mejor estar protegida. —hablaba Jayson mientras metía algo en el valle de mis senos, cuando lo saqué pude ver que era un sobrecito plateado con un dibujo de una banana en él. —Te daría más pero seguramente no aguantes más de un round.

Tanto él como mi prima empezaron a reírse y yo solo me crucé de brazos harta de ser el centro de burla de ambos. Seguían haciendo su trabajo mientras bromeaban entre ellos, faltaba un rato para que pasaran por nosotras por lo que tenían tiempo suficiente para hacer de las suyas.

                             ♡♡♡

El auto se estacionó y frente a la entrada del lugar había una larga fila de personas esperando su turno para entrar, hasta acá afuera se oía fuerte la música.

Thomas y mi prima se adelantaron por lo que Alan me tomó de la mano y me llevó en la misma dirección que se habían ido los otros dos, llegamos a la puerta donde estaba un robusto hombre vestido de negro, Alan y él se saludaron y luego de un intercambio de palabras entre ellos mi acompañante volvió a tomar mi mano; adentrándonos juntos al lugar.

Caminamos entre el montón de personas que se encontraban bailando y bebiendo hasta que llegamos a un par de mesas unidas, en estas ya se encontraban mi prima y su novio, habían otras personas que no conocía y en uno de los bancos al lado de un chico rubio estaba él.

Que haya decidido olvidarme de él no significa que fuese ciega, Donovan estaba muy guapo esta noche, pero aún así no lograba captar mi atención  como lo hacía el chico a mi lado.

Alan se acercó a saludar a los demás presentes y yo me quedé junto a Fabia, poca atención era la que prestaba a su conversación cuando de pronto unos de los chicos preguntó que quién era yo.

—Esta hermosa chica que ves aquí es mi futura novia. —respondía mientras rodeaba mi cintura con una de sus manos.

La mayoría del grupo comenzó a vitorear las palabras de Alan, mientras el chico frente a mí me veía fijamente y llevaba un vaso con licor a su boca.

En ningún momento desde que llegamos había pronunciado palabras y eso era extraño dado a que él era muy sociable.

Alan abandonó el grupo y fue hacia la barra, yo tomé asiento en un de los banco y aunque había un poco de espacio entre ambos era justamente Donovan quien quedaba a mi lado izquierdo. Todos estaban enfrascados en sus conversaciones, la incomodidad empezaba a hacerse presente pues yo solo estaba ahí, existiendo.

—Estás menos fea que de costumbre. — su respiración hizo que mi piel se erizara, aunque sabía quien era, la sorpresa de que me estuviese hablando no impidió que volteara el rostro en su dirección, pocos centímetros nos separaban y ninguno hacía algo para alejarse.

—Gracias... supongo. —no sabía si era un cumplido o un insulto. Viniendo de Donovan todo es incierto.

Echó un vistazo por sobre mi hombro y volvió a su posición anterior, pocos segundos después sentí a alguien tomar asiento a mi lado derecho y cuando volteé en esa dirección vi a Alan con un gran sonrisa y una copa en una de sus manos.

—No sabía que podría gustarte así que te pedí una margarita. —me tendió la copa y tomó el vaso frente a él para llevarlo a su boca.

La tomé toda sin pensarlo dos veces, si iba a aguantar esta noche tendría que tener mucho alcohol en mi cuerpo, de pronto Fabia se puso a mi lado y me pido acompañarla por otro trago, acepté pues también me apetecía otro.

Ambas pedimos unos mojitos y cuando volvimos a las mesas no nos dio tiempo de sentarnos pues tanto Alan como Thomas nos arrastraron hasta la pista de baile.

Aunque la pista era grande, la cantidad de personas dificultaba un poco bailar a gusto. Hacía lo que podía para que las personas cerca de mi no derramaran mi trago, no soy una persona muy tolerante al alcohol y eso quedaba en evidencia luego de una margarita y un mojito.

—Haría lo que fuese por verte bailar frente a mí sin nadie más al rededor. —hablaba Alan cerca de mi oído y de a poco iba rozando suavemente sus labios por mi quijada hasta estar a muy poca distancia de mis labios.

—Eres tan predecible, sabia que no aguantarías mucho sin soltar unos de tus comentarios.

—Tú crees conocerme, pero realmente no lo haces... o por lo menos no por completo. —la picardía brillaba en sus ojos y su sonrisa tan característica se unía al juego.

Me tomó de la mano y abandonamos la pista de baile, me condujo  por unas escaleras hasta llegar a un pasillo estrecho y muy poco iluminado, varias puertas estaban de lado y lado, muchas de estas adornadas con un cartelito que resaltaba la palabra "Ocupado" en rojo neón. Llegamos hasta una habitación que aparentemente estaba desocupada, él abrió la puerta y después de echar un vistazo me tomó de la cintura adentrándome junto a él, la habitación era pequeña y en esta solo había una cama grande en el centro y un pequeño sofá frente a ésta.

Ahora sabía que esta no era una discoteca cualquiera, esta también ofrecía el servicio a las parejas que no alcanzaba a salir de aquí.

En la habitación sólo se oían nuestras respiraciones, el ruido de abajo era amortiguado por lo que supongo eran paredes insonorizadas. Alan sacó su teléfono y en este se empezó a reproducir una canción lenta.

—Baila para mi. —pidió mientras dejaba su teléfono a un lado y llevaba el vaso que trajo consigo a sus labios.

Bebí de un solo trago lo que quedaba de mi mojito y me acerqué hasta quedar a poca distancia de él.

Si la oportunidad se presenta, tómala. —las palabras de Fabia resonaban en mi cabeza. Tal vez no sería mala idea intentarlo.



Voy a dejar esta nota nada más porque me causó gracia.

Pd: Rub si ves esto, te odio. (No se asusten, es mi prima pero por bocona se me salió decirle que escribía aquí ya me llegó la notificación de que había agregado TENTACIÓN a su lista de lectura).

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