⚛Capítulo 26⚛

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Todo volvía medianamente a la normalidad, el instituto seguía siendo el mismo caos de siempre, Donovan se mantenía alejado de mi pero a diferencia de las veces pasadas una sonrisa aparecía en su rostro cuando me saludaba de lejos.

Sí. Donovan Carson ahora me saludaba.

Aunque ya habían pasado unos cuantos días desde que salió por mi ventana, aún tenía ese sentimiento amargo cada vez que recordaba sus palabras. Sinceramente nunca creí que detrás de ese chico egocéntrico y malhumorado hubiera alguien tan jodido como él.

—¿En que piensas? Has estado rara desde ese día que saliste detrás del idiota de Donovan. —la voz de Fabia me traía nuevamente a la realidad, durante estos días había estado un poco ida, sin intención alguna siempre recordaba sus palabras:

te mereces lo mejor... y eso no soy yo» —Tal vez él no se diera cuenta, pero dejar ir también era un acto de amor.

Es triste porque durante tanto tiempo quise que fuera él... pero ahora estaba Alan, ese chico que desde el inicio se ha portado de maravillas conmigo.

—Se nos hace muy fácil juzgar un libro por su portada sin saber la historia que esconden sus páginas.

—¿A que te refieres? —preguntó.

—Nada, no me hagas caso.

Me despedí de ella cuando me llegó un mensaje de Alan diciendo que ya estaba afuera, había venido a pasar el día con mi prima y al rato de haber llegado recibí un mensaje de él invitándome a ir por un helado.

Cuando salí de casa de Fabia allí estaba Alan, apoyado en su Jeep con las manos en sus bolsillos y con esa sonrisa típica de él.

Se veía guapo con ese pantalón oscuro y esa franela blanca con detalles negros.

—Hola —me abrazó cuando llegué a su lado —me hiciste falta, ir a comer helado sin ti no es divertido.

No respondí, solo me aferré más a su cuerpo dándome el tiempo suficiente para deleitarme con ese perfume que él suele usar.

Cuando nos separamos abrió la puerta de su auto para que subiera como siempre lo hacía desde que nos conocimos, después de dar la vuelta llegó a su lugar y puso el auto en marcha.

—¿Quieres ir a la feria del muelle? —no iba a ese lugar desde hace muchísimo tiempo, sería bueno volver y disfrutar un poco como lo hacía antes.

—Claro

—Estas un poco callada —ciertamente desde que había salido de casa de Fabia poco habíamos hablado. —y eso no es normal en ti porque déjame decirte que tú hablas hasta por los codos.

—¿Ahora resulta que soy muy habladora? —pregunté mientras me cruzaba de brazos, no era el primero que me decía eso.

—Me gusta que seas así, que siempre hables, que seas espontánea... me entretiene descubrir quién eres.

Se detuvo en el cambio del semáforo que había antes de llegar al muelle y de manera rápida dejó un sonoro beso en mi mejilla.

—Creo que olvidé decirte que mi franela te queda bien. —mencionó mientras entrelazaba nuestras manos.

Ese simple gesto hizo que una sonrisa apareciera en mis labios.
Había olvidado por completo que cargaba puesta una franela de Alan, la cual él mismo me dio luego de decirle que era bonita y que me gustaba.

—Tu me la diste, así que ya no es tuya, es mía.

                            ♡♡♡

Este lugar está tal cual como lo recordaba, los distintos puestos de juegos y comida, la gran rueda de la fortuna casi al final del muelle, los adultos y niños caminando de un lado a otro. Nada había cambiado.

Alan tomó mi mano y me llevó hasta un puesto de algodones de azúcar.

—¿De que color quieres el tuyo?

—Morado... o tal vez uno rosado. —no sabia decidir pues ambos colores me gustaban.

—Bien, me da uno morado y uno rosado por favor. —le entrego el dinero al señor y este me tendió ambos algodones a mi.

—Con uno era suficiente. —no me iba a quejar pues era más dulce para mi.

—¿Por qué darte solo uno cuando podía comprarte los dos? —se encogió de hombros restándole importancia .

Ambos caminamos entre las personas viendo todo a nuestro al rededor hasta que llegamos al final del muelle donde nos sentamos a ver el atardecer que ya se comenzaba a formar.

—La mejor vista es desde allá arriba —señalaba la rueda de la fortuna detrás de nosotros. —cuando es de noche y el lugar es alumbrado por los miles de bombillas de colores.

Le compartí de mis algodones y mientras comíamos nos concentrábamos más en los tonos anaranjados que comenzaban a verse con mayor intensidad en la lejanía donde el cielo y el mar se volvían uno solo.

—Cuéntame de ti. —pedí.

—Pregunta que quieres saber y te responderé.

—¿Qué estudias?. —no soy buena haciendo preguntas.

—Arquitectura. —respondió, se le notaba lo feliz y lo mucho que le gustaba su carrera.

Me quedé en silencio unos segundos pensando en la siguiente pregunta, cuando le dije que me contara de él me refería a que me dijera lo que el quisiera, no que me pusiera a pensar sobre que preguntarle y que no.

—¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

—Hmm... estando aquí me gusta ir al parque de BMX y en la ciudad donde estaba anteriormente me gustaba salir a algún club con mis amigos.

El atardecer se había ido y la noche por fin había llegado haciendo que todo el muelle se iluminará con pequeñas luces de colores, la vista era la típica de una feria, ahora habían muchas más personas que hace rato cuando llegamos.

—¿Tu lugar favorito? —volví a preguntar.

—La playa donde te llevé... aunque después de lo que te hice la última vez que salimos, mi lugar favorito bien podría ser otro.

Sabía que se refería a lo que pasó en esa habitación el día que fuimos a la discoteca, volteé el rostro en dirección contraria para evitar que viese que su comentario me afectaba, su respuesta en cambio fue una gran carcajada, aún así no volteé pero de pronto pude sentir su respiración en mi cuello y sus dientes apresando el lóbulo de mi oreja.

—Eso es muy poco para lo que puedo hacerte Venus.



Capítulo dedicado a mis bebés:

*DaniuskaRey
*Camilacastilo
*SeleneStein2
*ZuleykaPalma
*MelanieJaz93

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