⚛Capítulo 33⚛

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Al igual que hace poco tiempo atrás, hoy también me encontraba tocando la puerta de la casa donde vive el chico que me gusta, la única diferencia es que esta vez el chico no es el mismo.

Pocos minutos pasaron cuando mi compañero y ahora amigo abrió la puerta indicándome que entrara, juntos caminamos hasta llegar a la sala y dejé mi bolso en el suelo junto a uno de los sofás individuales, por precaución antes de sentarme levanté los cojines bajo la atenta mirada de Donovan.

—¿Qué haces?—preguntó con el ceño fruncido.

—Busco alguna tanga o algo que me de indicios de que aquí hubo acción y así evitar poner mi culo ahí. —volví a dejar los cojines en su lugar y luego me senté.

—Estas chiflada.

Me dejó sola por unos minutos mientras subía por sus libros a su habitación, aproveché a sacar mis libros y ponerlos encima de mis piernas para así no tener que estar revisando el bolso a cada momento. Cuando el chico bajó también traía consigo una laptop, quitó los portarretratos que estaban en la mesa y me indicó  dejar sobre ésta los libros mientras el ponía la computadora.

—¿Por mitad el temario? —preguntó buscando entre su libro el pequeño papel que nos había entregado la profesora.

—¿No saldrá otra chica diciendo que te vayas con ella y que yo haga sola el trabajo?

—No, puedes estar tranquila. Te dije que haría mi parte y voy a cumplir mi palabra. —encendió su computadora y empezó a teclear algo en ella mientras yo buscaba en los libros algunas preguntas.

El rato pasaba entre conversaciones sobre el trabajo y otras cosas más, este era un poco más largo que el de la vez anterior y ya estaba un poco cansada, digamos que estar sentada en el piso apoyando la hoja sobre la mesita de cristal no ayudaba mucho a evitar que me doliera la espalda.

Me levanté del suelo y me senté en el sofá que estaba detrás de mi, estiré un poco mi cuerpo haciendo que mis huesos sonaran y el chico frente a mi me viese.

—Te vas a desarmar. —se burló cuando mi columna tronó.

Sin prestarle mucha atención decidí tomar un pequeño descanso recostando de manera cómoda mi cuerpo sobre el sofá. Mis párpados pesaban, la voz de Donovan cada vez se oía más lejana y de pronto ya no fui consiente de mí, había caído en un sueño profundo.

                            ♡♡♡

Cuando me desperté estaba en una habitación oscura, con cuidado me levanté de la cama y salí al pasillo. Sabia de quién era, ya había estado un par de veces ahí.

Al llegar al pie de la escalera pude ver a Donovan aún sentado en el suelo viendo algo en su computadora y luego copiando en la hoja que estaba sobre un libro.

Con cuidado me acerqué hasta él y vi que aún seguía haciendo el trabajo. Me senté frente a él y comencé a buscar las hojas que había utilizado anteriormente para continuar con mi parte cuando su voz me detuvo.

—Ya terminé tu parte y estoy a punto de terminar la última pregunta de mi parte. —informó chocando su mirada con la mía un par de segundos para luego seguir en lo suyo.

—Siento haberme dormido y que tuvieras que hacer el trabajo solo. —me disculpé

—Descuida, tu hiciste lo mismo aquella vez cuando yo te dejé toda la responsabilidad por irme con Wendy. Estamos a mano, supongo. —dijo restándole importancia al hecho de que no haya ayudado mucho.

Me puse a ordenar las hojas sobre la mesa cuando alguien salió de la cocina y se detuvo cerca de nosotros.

—Oh, estas aquí, justo iba a ver si seguías dormida. —Alan estaba a pocos pasos de distancia vistiendo un chándal gris con una franela blanca. —¿Cómo estás? —preguntó acercándose a mi y dejando un beso sobre mi frente.

—Bien, ehm... ¿cómo fue que llegué a tu habitación? si yo me quedé dormida ahí —apunté el sofá

—Yo te llevé a su habitación, pensé que te sentirías más cómoda despertando en la de él y no en la mía. —respondió Donovan.

—Si, cuando llegué me encontré contigo dormida en mi cama. —dijo Alan con una sonrisa pícara que disimuló cuando su primo fijó la vista en él por un par de segundos.

El chico de ojos verdes regresó a la cocina y yo seguí ordenando el trabajo mientras Donovan me pasaba la última hoja que usó, una vez estuvo listo guardé todas mi cosas en mi bolso y cuando vi la hora en mi teléfono era casi medianoche.

Joder, si que dormí bastante.

Me levanté y caminé hasta la cocina con Donovan pisando mis talones, cuando crucé el umbral vi Alan revolviendo algo en una sartén.

—Ya me voy. —me acerqué hasta él y dejé un beso en su mejilla.

—Es casi medianoche ¿no quieres quedarte conmigo? —preguntó en un susurro mientras rodeaba mi cuerpo con sus brazos.

—No le avisé a Jay.

—Yo sí y estuvo de acuerdo, solo me dijo que por favor no le diéramos un sobrino aún. —una pequeña risa se escapó de sus labios mientras me soltaba para seguir preparando la comida. —pero si quieres irte yo te llevo luego de cenar, vale?

¿Acaso Alan podía ser más perfecto de lo que ya es?

—Supongo que no me extrañaran en casa por una noche.

Una sonrisa apareció en su labios y me indicó que fuera al comedor que en pocos minutos serviría la cena. Ahí ya estaba sentado Donovan con la vista en su teléfono, imité su acción sacando mi móvil y revisando las redes sociales. No había mucho, solo fotos de Fabia con su novio, de mi hermano y Facu, y unas cuantas más publicadas por Alan el día que fuimos al claro donde nos veíamos todos junto a la fogata.

Dejamos los teléfonos a un lado cuando Alan puso frente a nosotros la cena, sirvió dos vasos de jugo y nos entregó uno a su primo y el otro a mi para luego volver a la cocina por su comida.

Estando los tres sentados la cena transcurrió amena; conversando de varios temas, captando más mi atención sus anécdotas de cuando eran pequeños y se iban a pasar vacaciones a la casa de sus abuelos.

Donovan luego de terminar de cenar se despidió de nosotros y se fue a su habitación, con Alan recogimos los platos y demás para llevarlos al lavavajillas, puso el ciclo y esperamos un par de minutos a que estos estuvieran limpios para después acomodarlos en sus lugares correspondientes.

Me tomó de la mano y subimos a su habitación, apenas entrar encendió la luz y caminó hasta su clóset para tomar una franela suya y ofrecérmela como pijama.

—Date la vuelta. —pedí para poder cambiarme.

—Te vi completamente desnuda hace un par de días ¿y ahora quieres que me de la vuelta para cambiarte? —preguntó burlón mientras se acercaba más a mí. —recuerdo tu cuerpo perfectamente.

Dejó un beso en mis labios y salió de la habitación dejándome sola para poder cambiarme.



Capítulo dedicado a mis bebés:

*Anyin2518
*holis30597
*Victoria112552
*Focaccina2302
*AnaKarenGut

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