Pretendía relajarme y me quedé dormida, el lado bueno fue que la inspiración volvió a mí luego de esa siesta.
Ya llevaba rato escribiendo y estaba a punto de terminar el relato cuando nuevamente tocaban la puerta de mi casa.
¡Joder! ¿y ahora quién sería?
Fui hasta la puerta y apenas abrí la volví a cerrar.
¡Dios, ya a sido suficiente de los Carson por hoy!
Tomé un par de inspiraciones y luego de poner una sonrisa inocente, y hacer como que no le había azotado la puerta en la cara, volví a abrirla, frente a mí con un gesto confundido pero aún así una sonrisa en su rostro, estaba Alan.
—Atribuiré ese portazo en mis narices a que te tomó de sorpresa verme aquí. —y en efecto sí, a excepción de las dos veces anteriores que vino a dejarme; nunca había venido por cuenta propia.
Me hice a un lado y con un movimiento de cabeza le indiqué que entrase.
Alan era un sujeto agradable, nada que ver con su primo.
—¿Y a que se debe tu visita? —pregunté al tiempo que ambos nos sentábamos en un sofá diferente.
—Mis tíos no están, y Donovan está follándose a alguna chica, así que preferí salirme de esa casa un rato. —respondía mientras se encogía de hombros.
—¿Cómo sabes que estaban haciendo justo eso?.
—A menos que le estén haciendo un exorcismo no creo que alguien gritase Ahh si más rápido, así porque sí —imitaba la voz de una chica lo que me provocó que una fuerte carcajada.
Era imposible no darme cuenta que desde nuestros raros encuentros siempre me había divertido estando en compañía suya.—Ya, y por eso viniste a joderme la tarde a mi?
—Vine a invitarte un helado. Son las 3:00 de la tarde y por el silencio en que está esta casa supongo que estás sola. —decía mientras veía a su al rededor — ¿Vamos? prometo traerte temprano. —su mano derecha estaba en alto dándole validez a su promesa.
Asentí y subí rápidamente a mi habitación para cambiarme mi mono de pijama por un short y calzarme unas deportivas, hacia calor así que me dejé la misma blusa de tiros que tenía puesta.
Bajé despacio las escaleras y antes de llegar al último escalón vi a Alan con mi computadora sobre sus piernas y la mirada fija en la pantalla.
¡MIERDA! no había guardado los relatos en la carpeta con contraseña.
Mis pasos se hicieron sonar por lo que apartó su vista de la laptop para fijarla en mí.
—¿Escribes porno? —preguntó alzando una ceja.
—No es porno, son relatos eróticos. —informé mientras llegaba hasta él para quitarle mi laptop.
Caminaba por toda la sala con la computadora en alto y con la vista hacia arriba para seguir leyendo.
—Frotó su miembro sobre mis labios inferiores y sin aviso alguno enterró con fuerza su polla dentro de mí. —leía en voz alta lo que allí estaba escrito, la vergüenza teñía mi rostro y ahora más que nunca hacía todo lo posible por arrebatarle la computadora y evitar que siguiera leyendo. —Venus, llámalo como quieras, pero esto es porno. —decía mientras reía y me entregaba la laptop.
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TENTACIÓN
RomanceLa tentación puede venir en cualquier presentación, en este caso; la tentación tiene ojos verdes, cabello negro como el carbón y un cuerpo malditamente sexy. Para Venus será muy difícil resistirse pero ¿realmente logrará no caer en las garras del pr...