La primera y última vez que pisé la casa de los Carson fue en el cumpleaños número 10 de Donovan, pocos meses después de habernos mudado, recuerdo que un día de pronto empezaron a tocar la puerta con insistencia y mi madre me pidió abrir, cuando lo hice, frente a mi estaba parado un niño con un uniforme de fútbol que sostenía una pequeña tarjeta, me la entregó y luego de una sonrisa tímida se fue corriendo hacia el auto donde alguien lo esperaba.
Recuerdo bastante bien esa fiesta de cumpleaños, principalmente porque uno de los niños que había asistido pegó un chicle a mi cabello que para ese entonces estaba bastante largo y empecé a llorar cuando oí que tendrían que cortarlo.
Ahora que lo recuerdo, uno de los detalles más significativos fue que Donovan tomó un cupcake de la mesa y lo embarró en los cabellos del niño que me había pegado el chicle, todo para después empezar a reírse mientras me tendía un cupcake a mi para que ya no llorara.
Y pensar que ese niño que se vengó porque dañaron mi cabello hoy en día es un completo idiota.
De eso ya habían pasado muchos años, y hoy, era la tercera vez que pondría un pie en esa casa, todo porque a los Señores Carson se les ocurrió invitarnos a una parrillada que harían para celebrar la inauguración de una nueva extensión de su empresa en Suiza.
Los ricos y su manera de despilfarrar el dinero —pensé tomando una de las tantas prendas que estaban regadas sobre mi cama.
—¿Aún no estás lista? —preguntó Jayson entrando a mi habitación. —¿Pasó un torbellino por aquí o qué?
—¿Crees que esto me quede bien? —pregunté mostrándole un vestido que me llegaba más abajo de las rodillas.
—A menos de que vayas a una misa, estoy seguro de que no, ese vestido no quedaría bien para una parrillada —Jayson y su maldita sinceridad por delante.
Frustrada arrojé el vestido a un lado y me senté en mi cama mientras un resoplido salía de mía labios. ¡¿Qué se supone que debía ponerme para ir a una parrillada en casa de mi crush?!
Mi hermano se paró frente al desastre de ropa que tenía regado y de tanto revolver blusas, vestidos y pantalones; tomó un short de jeans negro y me lo tendió.
—Esto servirá, ya vuelvo —dijo saliendo de mi habitación.
Aprovechando que había quedado sola en mi habitación, cerré la puerta y procedí rápido a quitarme la bata que usaba para dormir para luego ponerme el short, justo en el momento en que el pantaloncillo subía por mis rodillas mi hermano abrió la puerta haciendo que me fuera de bruces contra el piso.
—¡Jayson, me dolió! —chillé aún desde el suelo.
No sólo mi trasero había recibido un golpe, sino también mis manos cuando las apoyé en el piso para no pegarme en la cara.
—Lo sient... —se quedó callado, por lo que volteé a verlo, tenía una mueca entre horror y gracia. ¿Qué se le hacía divertido? —Venus, hermana, deberías considerar cambiar tu cajón de ropa interior. Esa braga está muy fea, pareciera que fuese de la abuela Gertrudis.
Me levanté lo más rápido que pude del piso y me terminé de subir el short hasta abrocharlo.
—Mis bragas no son de anciana —hablé indignada, esto me recordaba a las palabras de Wendy el día que fui a hacer el trabajo a casa de Donovan. No podían entender que simplemente eran cómodas?
—Si que lo son, ¿Cómo vas a hacer cuando alguien te invite a follar? Si yo fuera heterosexual créeme que las ganas se me irían al ver ese calzón beige, pensaría que estoy con mi abuela —dijo, a la vez que un falso escalofrío recorría su cuerpo.
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TENTACIÓN
RomanceLa tentación puede venir en cualquier presentación, en este caso; la tentación tiene ojos verdes, cabello negro como el carbón y un cuerpo malditamente sexy. Para Venus será muy difícil resistirse pero ¿realmente logrará no caer en las garras del pr...