⚛Capitulo 5⚛

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Nada mejor para alegrar un lunes de clases que ver a tu crush besándose con su novia en medio del pasillo por el cual tienes que pasar.

La vida es simplemente maravillosa.

Pase por el lado donde estaba Donovan y Wendy junto a otros chicos del equipo de fútbol, mi mirada en ningún momento se centró en ellos, no quería verlos acaramelados y demostrando su amor a diestra y siniestra.

Estaba enamorada pero mi nivel de idiotez no era tan alto como para joder más mi corazón al verlos besarse y abrazarse en mis narices.

Seguí mi camino con la vista fija en mi teléfono hasta llegar al salón donde tendría clase.

Pocos compañeros estaban en el lugar pues el profesor aún no llegaba.

Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no me di cuenta si alguien había pasado a mi lado, no fue hasta que sentí un pequeño toque en mi hombre que volví a la realidad y giré a ver quien era.

Joder, era ella.

Realmente era ella, la veía aquí en persona y no a través de una pantalla.

—¡Sorpresa! —exclamó, mientras una gran sonrisa aparecía en su risueño rostro.

Quien creería que ese rostro angelical escondía a un pequeño demonio de 1.65 de altura.

—¡Fabia! —chillé emocionada mientras me levantaba a toda prisa de mi lugar y me acercaba a ella para abrazarla.

Varias miradas se posaron en nosotras; pero no me importó, tenía dos años viendo a mi única prima a través de una pantalla y hoy por fin estaba frente a mí. Aquí, así como antes de que se marchara a otra ciudad con sus padres.

—¿Cuándo llegaste? —pregunté después de separarme de ella.

—El sábado por la noche. Ayer quise ir a verte pero ya sabes cómo es  mamá, no saldría hasta que mi habitación estuviera lista —decía mientras hacía una mueca.

—Tía Laura siempre tan obsesiva con el orden —me burlé recordando cuando con Fabiana rayamos una pared de su casa y casi se desmayó al ver nuestra "gracia".

Cabe recalcar que esa ves nos castigaron durante una semana, sin dulces, salidas al parque o caricaturas. Todo un suplicio para unas nenas de 6 años.

Dejamos de hablar ya que el profesor había entrado al salón y por como lo hizo sabíamos que andaba de malas. Y la mejor opción para este momento era no hacerlo enojar más, ya que lo mas seguro es que quién osase a decir algo terminaría reprobado la materia.

—Formen pareja con quien quieran, me harán un resumen de tres cuartillas sobre una novela de Gabriel García Márquez —habló de manera autoritaria.

Al oírlo decir esas palabras voltee hacia atrás, mi prima tenía una sonrisa cómplice igual que la mía. Imitando a la mayoría de mis compañeros moví mi mesa hasta dejarla a la par de la de Fabia y empecé a sacar las hojas y un lápiz.

—Olvidé mencionar que quiero el resumen en cuarenta minutos, así que es mejor que empiecen a trabajar rápido.

Maldito viejo despechado, que culpa teníamos nosotros de que la profesora de cálculo lo mandara a freír espárragos.

—¿Está como medio pesadito o es cosa mía? —preguntó Fabia, a lo que le respondí un Lo está — Creo que lo más fácil será Cien años de Soledad, ambas nos hemos leído esa novela.

Tomé una de las hojas y empecé a hacer la primera cuartilla, por suerte podíamos usar los teléfonos para buscar las novelas en internet, aunque realmente no nos hacía mucha falta pues en años pasados siempre nos ponían a leerla en clase de literatura.

Los minutos pasaban y el profesor parecía una bomba a punto de estallar, cada cinco minutos decía Faltan tantos minutos, es mejor que muevan la mano si quieren tener por lo menos un 10.

Todos estaban concentrados en sus deberes cuando el timbre nos sobresaltó.

—Se acabó el tiempo, entreguen sus resúmenes y salgan de aquí.

Cada pareja fue poniendo las hojas encima del escritorio del profesor y abandonado el salón, fuimos casi de las últimas pero cuando salimos del lugar Fabia empezó a despotricar en contra del señor Morales.

—Ese hombre es un insoportable.

—Anda despechado porque la profesora de cálculo lo dejó por un hombre mucho más guapo que él y con plata. —le informé, pero en realidad no decía mentiras; cuando estaba con la profesora Minerva igual era un grano en el culo, pero ahorita esta mucho peor.

Caminamos juntas hasta la cafetería, la fila estaba corta porque aún no era el receso pero teníamos una hora libre así que fuimos por algo de comer.

Compramos un par de sándwiches y una botella de jugo cada una y fuimos hasta una de las mesas desocupadas. Empezamos a comer hasta que mi mirada se posó en él entrando con su grupo de amigos, me quedé embobada hasta que Fabia movió mi mano donde tenía el jugo y por el susto lo derramé encima de mi.

—Joder —murmuré mientras tomaba unas cuantas servilletas de papel para secarme.

—Lo siento... ¿Venus, aún te gusta ese chico? —preguntó llevando uno de los sándwiches a su boca para darle un mordisco.

—Sí

—¿Y sigue sin prestarte atención? —volvió a preguntar.

¿A dónde quería llegar? ¿A qué no le gustó?. Eso ya lo sé. Me lo ha dejado muy claro en todos estos años.

—Sí.

—¿No crees que deberías olvidarte de él y prestarle atención a alguien más?

—Eso seguramente sería lo más sensato, pero digamos que mi razonamiento en ciertas situaciones no es muy bueno, así que no.

Les diría que el amor pone idiota a la gente pero eso ya ustedes lo saben. Yo soy la muestra perfecta de ello.

—Eres un caso perdido — eso ya lo sabía desde hace 3 años cuando le pedí ser mi cita para el baile y me ignoró, pero aquí estoy 3 años después, igual de enamorada que en ese entonces.

O tal vez igual de pendeja, a este punto no se si haya diferencia alguna entre esas dos palabras y mi situación amorosa.

Ninguna dijo algo más, solo nos dedicamos a comer y ver a cuantos alumnos pasasen frente a nosotras.

Poco a poco nuestros minutos libres se iban acabando, debíamos volver a clases. Tiramos los envoltorios y botellas usadas al cesto de la basura y fuimos hasta donde nos correspondía. Nuestros caminos se separaron pues la siguiente clase no nos tocaba juntas, a mi me tocaba deporte y a ella química.





NOTA:  Se me está haciendo difícil que los capítulos me cuadren correctamente 😫😫😫 cuando los público se desordena y entonces tengo que ir a la barra a ordenarlos yo.

TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora