DONOVAN

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Recuerdo perfectamente ese día, aún cuando ya han pasado 3 años de eso. Los pasillos del instituto solían llenarse de alumnos buscando llegar a la cafetería, otros simplemente se reunían a charlar antes de volver a las respectivas clases, como era mi caso, siempre en la hora del almuerzo aprovechaba para ponerme al día con mis amigos del equipo de fútbol del instituto y planear la próxima chorrada que haríamos.

Ya habíamos dejado a la profesora de química encerrada en el laboratorio.
Habíamos hecho que se descubriera el romance secreto entre el profesor de educación física y la secretaria del director.

Habíamos sido nosotros los responsables de que se activara la alarma contra incendios tiempo atrás.

Pero no, no recuerdo ese día por todas las estupideces que hacíamos, lo recuerdo por otra razón, y es que como de costumbre yo me encontraba apoyado contra mi casillero hablando con mis amigos, cuando esta chica que conocía bastante bien apareció por uno de los pasillos uniéndose al mar de estudiantes. Su pelo amarrado en una coleta alta y su rostro sin una gota de maquillaje la hacían lucir diferente  a las demás, mientras las otras chicas se empezaban a preocupar por su apariencia física; ella seguía preocupándose más por su desempeño académico.

Se veía bastante insegura mientras caminaba hacia nosotros, para vivir a una cuadra de distancia y cruzarnos continuamente, jamás habíamos mantenido una conversación, salvo por aquellas cuatro letras del típico saludo.

—¿Crees que pueda hablar contigo un momento?

Me extrañó su pregunta porque no se me pasó por la mente que fuera conmigo con quien quisiera hablar, nunca lo había hecho antes, por qué de pronto sí.

Asentí y me alejé unos cuantos pasos de donde estaban mis amigos. Ella jugaba constantemente con sus dedos tratando de apaciguar su nerviosismo, hasta que de pronto fijo sus ojos en los míos y con un tono de voz un poco alto dijo:

Me gustas desde hace un año cuando por accidente caíste sobre mi y tus labios rozaron los míos, tú… ¿quieres ir al baile conmigo?

Las miradas de los demás estudiantes que estaban en el pasillo se clavaron en nosotros, que de momento mis pensamientos se habían bloqueado, yo ni siquiera recordaba ese evento que ella mencionaba. Algunos comenzaron a reírse, mientras unas cuantas chicas incluso la veían con admiración porque normalmente se espera que el chico sea quien invite a la chica, pero ella, como siempre, estaba marcando la diferencia.

Vi a mi grupo de amigos y al igual que otros; se reían, no respondí, en vez de eso preferí seguir la corriente y unirme a las risas, y sin decir nada pasé por su lado para marcharme.

Al final, no fui a ese baile, y creo que ella tampoco.

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