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Alan POV:

Tenía planeado encontrarme con Venus en la cafetería a la que solíamos ir, estaba ansioso y bastante nervioso, hoy sería el día en que le pediría a la chica que solía acosar a mi primo que fuese mi novia.

La había citado a las 6:00 e iba con el tiempo justo cuando me detuve en un cambio del semáforo y no sé por qué mi vista fue a parar al parque que estaba al costado, en ese momento quise no haber volteado, sentí decepción como no lo había sentido en tanto tiempo.

La chica de la que me había enamorado estaba allí sentada besando a mi primo.

No tenía sentido llegar a mi destino, al final mi esfuerzo fue en vano, ella terminó prefiriendolo a él después de todo.

Di la vuelta en la próxima cuadra, pensaba volver a casa cuando recibí una llamada de Thomas y sin mucho ánimo lo invité  a ir por unos tragos, pasé por el y conduje hasta el bar de siempre.

El ambiente no ayudaba mucho, en el lugar resonaba una maldita canción de despecho, todo se había acomodado de manera perfecta para hacerme sentir miserable en cuestión de minutos.

—¿Que te pasa? Hace rato estabas eufórico y ahora tienes cara de que quieres lanzarte de un puente. —el barman dejó sobre la barra dos cervezas y sin miramientos bebí la mía como si de un vaso de agua se tratase.

—Deme algo más fuerte por favor. —pedí al hombre que tras la barra movía botellas con gran agilidad. —Tanto esfuerzo no sirvió de nada. —dije esta vez mirando a mi mejor amigo, él entendió a que me refería pero aún así preguntó que qué había pasado. —la vi en un parque besando a Donovan.

—¿Estas seguro que no te confundiste?.

—No lo hice, yo sé lo que vi. —el barman está vez puso un vaso con vodka y unos cuantos cubos de hielo. Seguimos bebiendo por un largo rato, Thomas cada cierto tiempo me decía que parara que ya era suficiente pero no hacía caso a sus palabras.

El alcohol me hacía olvidar, mitigaba el dolor y yo en ese momento lo que menos quería era sentir.

Perdí la noción del tiempo y cuando decidí que ya había sido suficiente por poco termino estampandome contra el piso si no hubiese sido por mi mejor amigo, me ayudó a salir del lugar y me subió al asiento del acompañante de mi Jeep, de mis bolsillos sacó las llaves y subió poniendo el auto en marcha.

Todo me daba vueltas.

—Jamás te había visto así, si que te enamoraste Johnson.

—Como nunca antes, amigo.

Creo que me quedé dormido o en el peor de los casos me morí porque ya no supe más de mi.

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Me desperté cuando oí la alarma de mi teléfono sonar, sentía que mi cabeza iba a estallar, fui hasta el baño y tomé del botiquín una pastilla para el dolor. Tomé una ducha y cuando volví a la habitación de mi amigo vi mi maleta a un lado de la cama junto a una nota.

No estoy de acuerdo en que te vayas pero eres mi amigo y te apoyaré en tus decisiones, aún si son estupidas como esta que estás tomando.

Un recuerdo fugaz llegó de la noche anterior, le decía a Thomas que por favor fuera por algo de mi ropa a casa de mis tíos, recuerdo también haberle dado mis llaves y mostrarle como había comprado un pasaje de avión para irme de la ciudad, más específicamente iría a donde tenía planeado partir en dos meses más cuando iniciarán las clases.

Huiría a un lugar donde en unas cuantas semanas  más la volvería a ver, pero eso ella no lo sabe.

Tomé mi maleta y bajé hasta la cocina donde estaba mi mejor amigo, apenas me vio me tendió una tasa de café cargado y me abrazó dando unas cuantas palmadas en mi espalda.

—Te extrañaré, prometo irte a visitar pronto; igual solo estaremos a una hora de distancia.

Intercambiamos unas cuantas palabras más y salí de casa de sus padres, tomé un taxi y fui directo al aeropuerto, mi vuelo saldría pronto.

Tomé mi teléfono y vi los mensajes no leídos que tenía de Venus, ayer había decidido ignorarlos pero hoy tuve el valor de abrirlos y ver que decían. En todos preguntaba que donde estaba y por qué no había llegado a nuestra cita, mis puños se cerraron del coraje y la respuesta siguió siendo la misma, los seguí ignorando.

El taxi llegó rápido al aeropuerto y después de pagar bajé y me mezclé entre las personas que iban y venían, hice todo el papeleo necesario y caminé hasta la sala de espera, el tiempo pasó y cuando llegó la hora de abordar el avión ocurrió lo que menos pensé. Venus estaba allí en pijama y sujetando mi brazo.

—No te vayas. —su voz era afligida y de pronto las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas.

Quería abrazarla y consolarla pero... ¿quién hacía eso mismo conmigo? Ella me había lastimado.

—¿Que sentido tiene que me quede? Creí que había logrado enamorarte. —mi voz era apenas un susurro ronco —Aprendí que aunque le des todo de ti a una persona para ella jamás será suficiente sino eres a quien ella quiere.

Decir eso me había costado un infierno pero aunque me doliera tenía que hacerme a la idea de que ella no correspondía mis sentimientos, tal vez me quería pero no como algo más que un amigo.

—Adiós Venus, gracias por todo. —esas fueron las últimas palabras que le dije a la chica que se había robado mi corazón y que también lo había destruido. Sin mirar atrás tomé mi maleta y caminé hasta las puertas de embarque.

TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora