⚛Capítulo 4⚛

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Desde hace pocos minutos nos encontrábamos todos los presentes sentados en la larga mesa que estaba bajo la caceta, del techo de esta colgaban pequeños bombillos que iluminaban toda la estancia.

Personas del servicio que anteriormente no había notado; entraban y salían de la casa con copas, botellas de diferentes marcas y con bandejas que contenían distintas preparaciones hasta dejarlas en la gran mesa. Frente a nosotros, los platos iban siendo servidos al igual que las copas con agua, champagne o vino. Todo a preferencia del consumidor.

No me pasó desapercibido que un lugar junto a Donovan no había sido ocupado, me pareció extraño pues cuando todos tomamos asiento en la mesa; hubo un par de personas que intentaron ocupar ese lugar, pero unas palabras bastantes discretas de la señora Carson lo evitaban.

No sé para quién estaba destinado ese lugar.

No sé a quien esperaban.

Pero sobre todo, no sé por qué aún no llegaba.

Todos hablaban amenamente, incluso mi hermano y sus amigos aportaban algo de vez en cuando. Yo solo me encontraba con la vista fija en mi plato, cada cierto tiempo llevaba un poco de ensalada o carne a mi boca; pero más que todo solo revolvía la comida.

Mi hambre se había espantado al ver varias veces la mirada intimidante de Donovan puesta en mí.

Podía convivir con mi hermano y mi madre pero al verme a mí su mandíbula se tensaba hasta el punto de poder romperse por la presión y una vena en su frente se hacía notoria.
Le caía mal, solo bastaba ver las miradas de desagrado que me echaba para darme cuenta.

Eran apenas las 7:30 de la noche, aún no hacían el brindis y yo ya quería volver a casa.

El chico es mi crush, a este punto de la historia creo que ha quedado suficientemente claro.

Estoy enamorada sola, también está clarísimo.

¡Pero Joder! Es incómodo estar junto con una persona que te odia. Y lo peor es no saber la razón del por qué lo hace. Porque entendería perfectamente si le hubiese hecho algo, pero más allá de un momento vergonzoso, no le he hecho nada, y no creo que ese sea un motivo suficiente para odiarme.
Seguramente ya la mayoría de los que presenciaron mi invitación a ese baile ya lo habían olvidado.

De un momento a otro me disculpé con los presentes, necesitaba salir de ese lugar porque soportar un minuto más las intensas miradas de Donovan no era trabajo fácil, sentía que me ahogaba.

Entré a la casa y caminé en busca de un baño en la planta baja para echarme un poco de agua en la cara, necesitaba refrescarme un poco.

Las puertas que supuse eran un baño estaban cerradas, solo una estaba abierta y era un pequeño cuarto para guardar las cosas de limpieza.

De pronto las ganas de orinar se hicieron presente y tenia que conseguir sí o sí un baño. Estas son las consecuencias de tomar mucha agua y cerveza.

Caminé hasta la planta superior y la primera puerta que abrí era una habitación, abrí otra puerta e igualmente era una habitación; pero esta era de colores más oscuros, seguramente era el cuarto de Donovan.

Si no me estuviera orinando no perdería la oportunidad de fisgonear un poco.

Cerré la puerta y caminé hasta una que estaba al fondo del pasillo. Apenas abrí la puerta choqué con un cuerpo mojado, di un paso atrás para disculparme y salir de ahí pero la vista me dejó completamente paralizada.

Frente a mí estaba un chico de piel clara, alto, tal vez de 1.85 o más, su cabello negro estaba alborotado y de el caían gotas de agua que iban a parar a su cuello. El color de sus ojos fue lo que más llamó mi atención, eran de un verde bastante claro que en contraste con su tono de piel hacían lucir su mirada brillosa. Muy bonita.

Estaba analizando detalladamente el rostro del chico hasta que vi como una gota de agua caía mojando su pecho, mi vista siguió el camino que recorrió la gota; pasando por sus abdominales, me percaté de la V que se marcaba perfectamente en su cadera pero mi punto de entretención era la gota que por fin había llegado a su destino.

El chico frente a mí se encontraba completamente desnudo por lo que de manera rápida me volteé dándole la espalda y cubriendo mis ojos.

—¡Joder, cúbrete con algo!

Le oí soltar una suave risa que se me hizo bonita, delicada y llena de mucha gracia.

—Yo estaba cubierto pero tu entraste y chocaste conmigo haciendo que la toalla enrollada en mi cadera cayera al piso —explicaba el chico al que aún le daba la espalda.

—Lo siento, pero cúbrete. —cruzaba mis piernas al sentir cada vez más ganas de orinar —Y si ya terminaste por favor sal que necesito orinar.

A este punto del extraño encuentro yo de verdad necesitaba usar el baño, o lo próximo que sucedería sería algo muy vergonzoso de recordar.

Sí, más vergonzoso que encontrarme a un chico desnudo.

Rara —Le oí murmurar a la vez que la puerta se cerraba.

Cuando estuve segura abrí los ojos y al encontrarme sola en el cuarto de baño caminé hasta el inodoro para hacer mis necesidades. Lavé mis manos con un poco de gel jabonoso y regresé sobre mis pasos hasta llegar nuevamente al patio. Volví a mi lugar y bebí un poco del agua que estaba servida en mi copa. Todo seguía como antes de marcharme, e incluso dudo que alguien le hubiese dado real importancia a mi falta de presencia.

Revisé mi teléfono esperando encontrar alguna notificación de algo, pero no había nada.

El rato pasaba y las personas seguían inmersas en esa conversación de adultos de la que yo poco entendía y a la que nada le prestaba atención.

¿Han oído eso de que las miradas pesan?

Es completamente cierto, sentía una mirada puesta en mí, creí que era Donovan observándome como si quisiera estrangularme, pero no, no era él.

Era el chico que vi desnudo hace un rato. Ni cuenta me había dado cuando tomó lugar en el asiento que había durado rato vacío.

Una sonrisa apareció en su labios cuando nuestras miradas se conectaron y, como reflejo desvíe la mía hacia otro punto de la mesa sintiendo como mi cara se tornaba caliente y como mi corazón latía rápidamente.

Lo había visto completamente desnudo. ¡Y vaya vista la que me había dado!

Después de todo no tendré que mentirle a Jay al decirle que había visto en vivo y directo una po... bueno eso, ustedes saben.

TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora