⚛Capítulo 41⚛

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Sin darle tiempo a nada me levanté de la cama y llevé mi mano a la cinturilla de su jeans, su mirada se encontró con la mía y sin necesidad de que me indicara que hacer me arrodillé frente a él.

Con mis manos un poco torpes bajé  su bóxer haciendo que frente a mi apareciera su miembro erecto, su mano se enredó en mi cabello y sin más tomé su miembro con mi mano derecha, subía y bajaba lentamente por toda su longitud deteniéndome a hacer pequeños círculos en su punta, así duré varios minutos en los que iba aumentando la rapidez con que movía mi mano y arrancaba los primeros gemidos de Alan, su respiración era pesada, sus ojos estaban cerrados y la vista desde aquí abajo era jodidamente increíble.

Acerqué mis labios hasta dejar un pequeño beso en la punta de su miembro y de a poco lo fui introduciendo en mi boca, su mano halaba de mi cabello y poco a poco comenzaba a mover su cadera en un ritmo constante.

Mis labios presionaban lo más que podían su miembro y de pronto dejó de moverse, hizo que me levantara y sacando su billetera del bolsillo trasero de su jeans tomó un pequeño sobre plateado, bajo mi atenta mirada se colocó el preservativo y alzándome apoyo mi espalda contra la pared, mis piernas al rededor de sus caderas y sus manos en mis nalgas evitaban que me cayera, sus labios se dirigieron a mi cuello y empezaron a dejar besos húmedos, sentía completamente como muestras partes íntimas se rozaban y eso solo provocaba que el deseo en mi fuera creciendo.

Sin decir una palabra sentí como se introducía lentamente en mí, un gemido escapaba de mis labios y él apresaba el lóbulo de mi oreja entre sus dientes.

—Moría por hacerte mía otra vez.

El movimiento de su cadera era lento permitiéndome acostumbrarme a sentirlo llenando mi interior, mis uñas se enterraban en sus hombros al sentir como entraba completamente en mi y poco a poco mis gemidos llenaban la habitación.

Fue hasta la cama y sentándose conmigo encima empecé a moverme en un ritmo un poco más acelerado a la vez que él tomaba uno de mis senos en su boca y se dedicaba a torturar mi pezón, con una de sus manos tomaba mi seno empezando a hacer suaves masajes en el y con su mano libre rodeaba mi cintura impidiendo por momentos que pudiera moverme dejándome sentirlo aún más profundo.

Mis gemidos no cesaban y sus gruñidos cada vez eran más notorios, con mis manos lo empujé haciendo que su espalda chocara contra el colchón, sus manos seguían aferrándose a mis caderas pero ahora me alentaban a seguir moviéndome.

—Eres una jodida obra de arte, Venus Kelly.

Pronto comenzaba a acoplar sus movimientos con los míos y en cuestión de minutos ambos dejábamos saber a los cuatro vientos cuanto estábamos disfrutando.

—Ahhh. —no podía ni siquiera hablar.

Alan me atrajo hacia él y uniendo nuestros labios aprisionó mi cuerpo entre sus brazos y empezó a tomar el control, mis ojos se cerraban involuntariamente, el placer me estaba consumiendo y  sentía como de a poco una presión se iba acumulando en mi vientre deseando ser liberada.

Sus embestidas iban aumentando la rapidez y una palmada en mi nalga fue lo que necesité para alcanzar mi tan ansiado orgasmo.

Mi respiración estaba agitada, nuestros cuerpos sudados unidos y sus dedos haciendo caricias en mi espalda, si así es como se toca el cielo; quiero intentarlo una y otra vez.

—Siento como... mis piernas... tiemblan. —logré decir.

—Déjame decirte que te van a seguir temblando porque yo aún no acabo. —después de decir eso nos dio vuelta quedando ahora él encima de mi.

Me besó de manera tierna y con sus dedos empezó a dejar caricias por el costado izquierdo de mi cuerpo, pasando por mi abdomen hasta llegar al centro de mi placer, su dedo pulgar presionaba ese punto sensible y un sonoro suspiro abandonó mis labios.

Acercó su rostro al mío y en un susurro habló cerca de mi oído.

—¿Lista para continuar?

Como pude asentí y segundos después Alan empezó a moverse lentamente, levantó mi pierna derecha y la apoyó sobre su hombro, en esta posición podía sentirlo aún más profundo.

Sus embestidas aumentaban progresivamente, y con ellas mis gemidos  volvían a mezclarse con el ruido de la música que se filtraba en la habitación. No sé que hora era pero, sabía que estaba tarde y esto aún seguía para largo.

Varios minutos duramos en esa posición hasta que salió de mi y me hizo darle la espalda, mis rodillas y mis antebrazos estaban apoyados en el colchón mientras él detrás de mi dejaba suaves caricias sobre mis nalgas, uno de otro apretón y de repente un palmada que resonaba en toda la habitación durando debido al poco eco que había en esta.

Sentí como tomaba mi cabello y le daba un par de vueltas hasta dejar mi vista un poco hacia arriba, su otra mano se apoyaba al lado de mi codo y su lengua recorría desde detrás mi cuello hasta llegar a mi oreja.

—¿Aún tienes fuerzas para continuar? —preguntó, sentía su miembro rozarse contra mis nalgas y como mi intimidad comenzaba a mojarse nuevamente.

—Sí... eso creo.

Después de dejar un sonoro beso en mi mejilla volvió a su antigua posición y se hundió nuevamente en mí.
Era increíble el aguante que este chico tenía. Yo sentía que ya no podía más pero él estaba como si nada. Como si apenas fuera el inicio.

Sus embestidas esta vez iniciaron con todo, ya no había suavidad ni delicadeza, estaba presenciando otra faceta de Alan, una más perversa y dominante y, sin duda, me gustaba igual o incluso más que la del chico que ponía antes mi placer que el de él.

Nuevamente una su palma se estrelló contra una de mis nalgas, el placer que sentía era tanto que si no fuese porque él me tenía sujetada del cabello seguramente ya hubiese caído en la cama sin fuerza alguna.

Así duró varios minutos hasta que lo sentí salir de mi, quise moverme pero su agarre no me lo permitió, no podía verle pero si oír sus gruñidos y de pronto sentí un líquido tibio cayendo sobre mis nalgas y espalda baja.

Debía darle la razón a Fabia, el sexo de reconciliación es jodidamente bueno.




Capítulo dedicado a mis bebés:

*atrevido_x_caravana
*sofi_dmtt
*MarianaAlfaro192
*DaysaSanchez
*dc716732

NOTA: No sé olviden de compartir la novela con sus amix lectorxs, tal vez a ellxs también les guste y se enamoren de Alan y Donovan.

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