⚛Capítulo 34⚛

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Desde hace rato estaba junto a Alan en su cama viendo una película en Netflix, mi espalda chocando contra su pecho, su brazo al rededor de mi cintura y sus labios dejando pequeños besos en mi oreja y parte de mi cuello.

Justo la película que estábamos viendo hizo que la duda surgiera, todo con él iba de maravilla, desde el principio ha sido así y ver a la protagonista llorando me ha hecho preguntarme si yo no terminaré igual.

—¿Tú de verdad eres real? —pregunté en un susurro.

—¿A que te refieres?

—Él solo jugó con sus sentimientos —dije refiriéndome al chico de la película —¿Tú harás lo mismo conmigo?

Antes no me había detenido a pensar en eso.

—¿Y que es lo que sientes? —preguntó Alan sin dejar que cambiara la posición en la que estábamos.

Esa era una buena pregunta, desde hace días buscaba la respuesta y creo que está más que claro cuál es.

—Me siento bien cuando estoy contigo... creo que tú... me gustas. —mi voz era un débil susurro que si no fuera por la cercanía de nuestros cuerpos dudo que pudiese oírme.

Con cuidado volteó mi cuerpo haciendo que ahora nuestras miradas se encontraran.

—¿Qué tanto mal te han hecho los libros que no crees que alguien te pueda querer de una manera bonita? —había un poco de burla en sus palabras, pero era cierto, debía admitir que mis inseguridades también venían de algunos libros. —Me gustas, estoy seguro de que ha quedado bastante claro. No pretendo jugar con tus sentimientos; puedes estar tranquila... y si me permites quiero crear mi propio libro contigo, ese donde tú decidas que pasará y cual será su final. Yo no quiero hacerte daño, eso te lo aseguro.

Con su brazo me pegó más a su cuerpo y nos cubrió con la cobija, mi rostro quedó en el espacio entre su hombro y su cuello permitiéndome disfrutar del suave olor de su perfume.

—Buenas noches, preciosa. —dejó un beso en mi cabeza y segundos después la habitación quedó totalmente a oscuras, poco a poco me fui rindiendo ante el sueño con la seguridad que me proveía su abrazo.

                              ♡♡♡

Cuando desperté pude ver como los rayos del sol se colaban por la ventana, no sé en que momento de la noche me di vuelta y terminé con mi espalda contra el pecho de Alan nuevamente, hasta ahora no había comprobado que tan cierto era eso que los hombres amanecían ya saben... pero bueno, dado a que siento como su entrepierna se aprieta contra mis nalgas; puedo decir que es cierto.

Intenté salir de la cama pero su brazo me lo impidió llegando a apretarme más contra su cuerpo y haciendo más notoria la dureza de su amigo.

—Deja de moverte. —susurró con la voz ronca.

—Voy a llegar tarde al instituto.

—¿Más? Creo que ya hasta perdiste el día. —tomé mi teléfono que estaba en la mesita al lado de la cama y vi la hora, ya eran más de las 10:00 a.m. había perdido el día de hoy.

Esta vez si salí de la cama y estiré un poco mi cuerpo haciendo que la franela de Alan se subiera un poco y dejara ver parte de mis bragas, un silbido salió de los labios del chico y luego se sentó en la cama fijando su vista en mí cuerpo.

—Te ves preciosa solo con mi franela puesta.

Su torso desnudo mostraba sus abdominales y ese bonito tatuaje que hace poco se había echo en un costado.

De la mano salimos hasta el pasillo y me llevó hasta el baño donde nos vimos por primera vez, de detrás del espejo sacó un cepillo de dientes nuevo y un tubo de pasta dental; me los tendió y se dirigió a la puerta para salir.

Quedando sola hice mis necesidades y luego de terminar volví a la habitación del chico se ojos verdes, sobre la cama se encontraba mi ropa doblada y él estaba de espaldas a mí buscando algo en su clóset.

Cuando se dio la vuelta vi que sostenía un pantalón gris y una sudadera negra, me dedicó una pequeña sonrisa y pasando por mi lado salió de la habitación dejando que pudiese cambiarme a gusto.

Sin prisa alguna me deshice de su franela y me vestí con la ropa que tenía puesta ayer, calcé mis deportivas y tomé mi teléfono para revisarlo.
No había nada, hasta que minutos después llegó un mensaje de mi prima.

—Te preguntaría por qué no viniste pero ya Donovan me dijo, espero que esta vez hayan dejado dormir al pobre.

Justo iba a responderle cuando la puerta de la habitación se abrió dejando ver a Alan vestido con la ropa que se había llevado y con el pelo revuelto del cual caían algunas gotas de agua.

Fue hasta una pared del clóset donde tenía los zapatos y tomó un par de tenis blancos, se sentó en la silla que estaba junto a su escritorio y se los calzó. Mi mirada en ningún momento fue apartada de sus movimientos y él se dio cuenta.

—Sé que soy guapo pero, cariño, no me veas tanto que me voy a desgastar. —se estaba burlando de mi.

—Ya comienzo a ver el parecido entre tú y Donovan. —me volteé quedando tendida sobre la cama, su risa llenó la habitación y poco después sentí el colchón hundirse a mis costados. Su cuerpo sobre el mío sosteniéndose solo con sus antebrazos, su cabello húmedo haciendo cosquillas en mi cuello y parte de mi rostro, y su respiración lenta chocando contra mis labios.

Todo de él hacia mella en mi sistema.

Sus labios en mi cuello comenzaban a dejar besos húmedos y una se sus manos se colaba dentro de mi blusa hasta llegar un poco más abajo de mis senos, un suspiro abandonó mis labios al dejarme hacer por sus caricias.

—Vámonos antes de que sea tarde y te folle aquí en mi cama. —susurró para luego levantarse de encima de mi.

Imité su acción y juntos salimos de su habitación, la casa estaba completamente en silencio y solo se oían nuestros pasos resonar en el piso de madera.

—¿Dónde están tus tíos?

—En Suiza, seguramente no vengan en meses. —respondió cuando salimos de la casa.

Ahora entendía como Donovan hacía desastre en esta casa, es que sus padres casi nunca están.

Lo que dijo la noche que lo llevé a mi casa ahora tenía mucho sentido. Sus padres se iban por meses y él prácticamente creció junto a sus abuelos; que era con quienes lo veía cuando éramos niños, y ya luego lo hizo solo cuando ambos murieron.

La cuadra que separaba nuestras casas se hizo corta, cuando me di cuenta ya estábamos frente a mi puerta.

—Me ha encantado despertar junto a ti. — Alan se acercó depositando un beso en mis labios y luego de despedirse se marchó.



Capítulo dedicado a mis bebés:

*AdliRamosrojas
*TuChaparraBbuwu
*GeyshaCrdova
*Karlacolin9438
*DeChristopherM
*MarianaAlfaro192

Aquí seguimos siendo:

#TeamAlan

#TeamDonovan

#PorquéUnoSiPuedeTenerALosDos.

TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora