Al pasar por el lado de Donovan no pude evitar darle un golpe en la cabeza lo que causó que volteara inmediatamente y empezase a sobarse la parte afectada mientras ve veía con el ceño fruncido.
—¿Qué te hice? —preguntó
—¿Te parece poco mentirme y aprovecharte de mi bondad? —reproché mientras sentía como Alan tiraba de mi hasta sentarme en sus piernas.
—¿Cuál bondad? Si eso fue un intercambio justo, yo comía y tú ganabas dinero.
Bueno, sí; tiene razón, pero no lo iba a dejar ganar tan fácil.
—Pero me mentiste. —me crucé de brazos tratando de hacer parecer más real mi enfado.
—Ay sí, muy dolida tú. Seguramente te secas las lágrimas con un billete. —me estaba sacando de quicio.
—Idiota. —murmuré antes de acomodarme de manera que ya no pudiera verle.
—Ese está muy gastado, usa otro. —fueron sus últimas palabras hacia mí y luego se integró a la conversación del grupo.
Podía sentir la respiración de Alan en mi mejilla derecha ya que su barbilla estaba apoyada en mi hombro, con una de sus manos sostenía la bebida encima de la mesa y con la otra hacia suaves caricias en mi pierna donde la tela del vestido no cubría.
La conversación fluía y sorprendentemente me estaba acoplando bien a su grupo, aunque no me pasaban desapercibidas las miradas de un par de chicas y como se susurraban cosas entre ellas, tan ciega no soy como para no darme cuenta que estaban hablando de mi.
—¿Y de donde se conocen? —preguntó una de ellas. —Está linda, sí, pero creí que tus gustos iban más allá Alan, no pensé fueran tan... simples.
Simple tu abuela —me moría por decirle, ¿quién se creía para hablar de mí como si yo no pintara nada en este lugar?
—La conocí en una parrillada que hicieron mis tíos con los vecinos de la urbanización. —respondía el chico que en ningún momento había dejado de hacer caricias en mi pierna. —Y mis gustos no creo que deban importarte, preocúpate por los tuyos porque acá mi chica es más que perfecta para mí.
Definitivamente algo muy bueno tuve que hacer en mi vida anterior para tener en esta a un chico tan maravilloso como él.
—A mi nunca me prestaste tanta atención como a ella. —decía la rubia mirándome como si fuese menos. —y jamás dejaste que me sentara sobre tus piernas. Ella llega y tu mismo la sientas sobre ti.
Ahora todo cuadra, esta chica está resentida por como me trata Alan a mi.
—Disculpa que me meta, rubia —intervenía Fabia que volvía a la mesa junto con Thomas. —es que el chico sabe lo que vale la pena y lo que no, y está demás decir que mi prima es un partidazo.
—¿Primas? Ya, es que lo zorra viene de familia, no? —la chica que estaba al lado de la rubia volvió a hablar.
¿En qué momento pasamos de estar conversando tranquilamente a estar discutiendo?
—No es mi culpa que seas tan insignificante que Thomas no te preste atención —si algo tenía Fabia es que cuando alguien se mete con ella o con algún conocido no dudará en soltar veneno en vez de palabras. —Si supieras lo excelente que es MI NOVIO en la cama... oh cierto, nunca podrás. —decía mientras formaba un puchero.
La pelinegra a la que mi prima le había dicho eso se levantó y se plantó frente a ella, Fabiana sin intimidarse imitó su acción y antes de que una se le echara encima a la otra fueron sostenidas por Thomas y otro chico poniendo una considerable distancia entre ambas.
La mayoría de los presentes en el boliche tenían la mirada puesta en nuestra mesa, sentía como Alan rodeaba mi cintura y me acercaba más contra él, estaba tenso, ¿y cómo no?, una semana fuera y cuando regresa un par de resentidas arman una discusión por quién prefirió a quién.
—¡ERES UNA ZORRA! —le gritaba la pelinegra a Fabia mientras intentaba soltarse del chico que la tenía agarrada.
—Zorra y todo lo que quieras pero me follo a Thomas cuando quiero, cosa que tú por más que has intentado no logras conseguir. —respondía mi prima de manera calmada pero aún así elevando un poco la voz, se acercó más a su novio y le plantó un beso en los labios. —Ponte una curita para que no te arda, guapa.
Thomas se llevó a Fabia de allí, Alan me hizo levantarme para después imitar mi acción tomándome de la mano y despidiéndose de sus amigos con una palmada en el hombro, Donovan quien había salido un momento regresaba y veía todo confundido, no presenció la discusión pero presentía que algo había pasado, se acercó a su primo y luego de un intercambio de palabras también se despidieron.
Jodida noche, vine a un boliche y ni siquiera aprendí a jugar.
Tomados de la mano regresamos a donde estaba el chico atendiendo detrás de la barra; devolvimos los zapatos que habíamos pedido y nos calzamos los nuestros.
Salimos del local y antes de subir al auto el chico que sostenía mi mano me giró quedando enfrentados, se acercó hasta mi y colocó sus manos a los lados de mi rostro.
—Siento que tuvieras que pasar por ese incómodo momento. —susurró acercando su rostro al mío hasta dejarlo a escasa distancia, podía sentir su respiración chocar contra mi nariz. —¿Puedo besarte?
—No te disculpes, tú no sabías que eso iba a pasar, y sí, si puedes besarme.
Unió sus labios con los míos fundiéndonos en un beso delicado, sin prisas y aunque suene raro, un beso que demostraba cuanto nos habíamos hecho falta el uno al otro.
Nos separamos a falta de aire y me abrazó posando su barbilla en mi cabeza, el olor de su perfume inundaba mis fosas nasales haciendo que no quisiera separarme de él, subí el rostro hasta hacer que Alan dejara de estar apoyado en mi y pude ver como poco a poco comenzaba a sonreír.
—Te extrañé, acosadora. —decía mientras dejaba un beso en mi frente.
—Yo me dejé de esas cosas. —me quejé mientras tapaba mi rostro con su pecho.
—¿Prefieres que te diga cariño? —preguntó en un susurro.
—Suena mucho mejor que a que me recuerdes mis días de... bueno, eso. —me separé de él pero tomó mi mano para volver a acercarme. —¿Qué hacemos ahora?
Aún estaba temprano y sinceramente no quería volver que casa, no aún, quería seguir en compañía de Alan.
—No lo sé, no quiero dejarte ir aún.
Capítulo dedicado a mis bebés:
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*JeonYina77.
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TENTACIÓN
RomanceLa tentación puede venir en cualquier presentación, en este caso; la tentación tiene ojos verdes, cabello negro como el carbón y un cuerpo malditamente sexy. Para Venus será muy difícil resistirse pero ¿realmente logrará no caer en las garras del pr...