36 (parte 2)

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— Necesito hablar contigo.

Sardrián nota que mis dos horas de sueño llegaron a su fin cuando ve que me revuelvo sobre el colchón.

— Déjame al menos abrir los ojos.

— Es importante.

— ¿Qué quieres? –tomo asiento; veo la estancia– ¿Y el resto?

— En sus labores.

— ¿Y tú por qué estás aquí? Como sea, dime porque me tengo que ir al Café. Y tú a la pizzería ¿o no?

— Bah ese sitio es una pérdida de tiempo...pero esto no.

Exhibe un trozo de papel, además se sienta en mi cama, dando un golpe a mis pies para que se quiten de su sitio.

— Se ha caído cuando has movido antes la almohada mientras dormías.

— ¿Y? ¿En que afecta eso al orden mundial?

— Estás gracioso ¿sí? pero cuando leas esta nota se te va a quitar.

— ¿Y voy a verme como tú ahora?

— Lee lo que dice y si quieres te doy un espejo.

Sar me extiende el papel disparejo y noto el escrito:

— Mirko es un traidor ––leo–. ¡¿Qué?! –dudo.

Rasco mi cuello y veo a Sardrián. Blandeo la nota.

— ¿Esto qué coño es?

— Esa misma fue mi reacción. Alguien lo ha dejado debajo de tu almohada para que lo encontrases, al parecer esa persona solo confía en ti.

— No tengo ni idea de quién puede ser.

— Esa letra parece ser de una mujer.

— ¿Y?

— Tal vez sea Iria –concreta.

— No. Iria no sabe más que tú o que yo de todo esto. Además estaba con ella y ahora debe estar de camino a lo de Aria.

— ¿Ya pero que es todo esto? ¿Se refiere a lo de los Harzal? ¿O a lo de Etrian? ¿Qué Axmiel? Yo confío en mi hermano y ahora sale alguien con esto. ¿Cuál es el punto?

— Dividirnos.

— ¿Crees?

— Obvio. Por qué yo tampoco dudo de Mirko.

— Claro no –conviene.

— Aunque...

— ¿Qué? –apremia a mi intervención.

— Igual creo que deberíamos encararlo en la tarde cuando lleguemos de los trabajos. Es lo mejor y de todas formas iba a hacerlo.

— ¿Por qué razón? –investiga.

Ante la pregunta lanzo a las manos de mi hermano la máscara. Relato lo ocurrido y cómo creo que alguien la tiró en el dormitorio usando la ventana abierta. Alego también que yo debo ser el próximo en el radar de esta persona. Sardrián por su parte sostiene que decirle a la policía es lo más sensato pero no lo creo así.

— Siento que esto es algo que debemos solucionar por nosotros –comento–. Si ves que llegamos aquí y pusimos todo el futuro de nuestras vidas en manos de los que llevan el caso y de cierta forma nos deslindamos de ello.

— Hicimos lo de Julia...

— Sí pero fue en vano.

— Eso sí. ¿Entonces? ¿Crees que hay que tomar el torro por los cachos e investigar nosotros?

— Sí. Nadie más que nosotros que somos los implicados va a ir detrás de la verdad, ni daremos largas al caso como han hecho en comisaría.

— Eso sí –medita–. No han hecho más que dar largas al tema, nos señalaron pero no han ido más allá ni para bien o mal. Solo nos han tenido retenidos en este pueblo. Sitiados, vigilados...y ahora asesinan a Etriti.

— Vigilados –cavilo al repetir en voz alta–. Eso es: todo está conectado. Asesinan a los Harzal, buscan culparnos pero no intentan llegar a más porque la policía está amangualada.

— No Ax ¿Tú crees?

— Pienso que no es una locura...y nos vigilan porque alguien nos quiere cobrar, en este pueblo alguien tiene un asunto personal pendiente con los Chuker, y quizá solo quizá esa persona es la misma que asesinó a Etrian y a los Harzal.

— Ax –comenta en son de asombro–. Me estás diciendo que alguien por alguna razón quiere cobrarnos ¿qué? Y estamos en Rooth siendo vigilados y la policía sabe de esto pero no tiene intención de sentenciarnos porque los han comprado, para que nuestro supuesto fin no sea ir a prisión, sino algo más. Concretamente ser las presa de otra persona, que busca ¿qué? ¿Asesinarnos a todos?

— Piensa un poco: ¿Por qué Bonet no quiere que Julia esté contigo? ¿Por qué la votó de casa? Para ver si ella se arrepentía y se alejaba de ti para ganar el derecho de volver a casa pero no lo ha hecho. ¿O por qué gastar tanto recurso en hacernos ver como las peores personas? Para que nadie se nos acercase, para que estuviésemos solos Sardrián y más vulnerables. Porque si nos van a desaparecer, o hacer daño, es mejor que no le importemos a nadie, o que nadie nos reclame porque al fin y al cabo en Rooth somos considerados el tipo de persona que merece la muerte.

— Joder.

Él se levanta ajustándose su short y voltea verme mientras masajea su cuello.

— Puede ser. Puede ser ¿pero dime en dónde encajamos a la persona que escribió esa nota?

— Bueno...quizá no va a por mí, sino a por Mirko, y sea el mismo asesino quien lo escribió.

— Asesina –corrige.

— Eso. Puede ser que aún no se decide entre Mirko o yo porque es claro que no actúa en orden de edad.

— Hay que hablar toda esta mierda con los demás. Ahora más que nunca tenemos que andar como un puto cardumen. Y no nos pueden separar, Axmiel –rodea mi cuello– yo no voy a permitir que me arrebaten a ninguno de ustedes.

— Ni yo Sar.

También enlazo su cuello con mis brazos y como si fijásemos una promesa, chocamos nuestras frentes.

Cuando se aleja él puntualiza:

— Julia quería hablar con su pare tengo que llamarla para decirle que ni se le ocurra volver a casa. La quiero lejos de ese sujeto.

— ¡No!

— ¿Por?

— Los móviles, están pinchados, recuerda. Ahora sí que no hay que usarlos para mandar ni un solo mensaje, o realizar llamadas.

— Pues me lanzo para comisaría pero tengo que verla.

— Sar...oye ¿tú...? ¿La quieres mucho?

— Julia es el tipo de persona que cuando la conoces la tienes que tener sí o sí en tu vida. No es extraordinaria por cómo se ve, sino por cómo te hace sentir y yo nunca había notado esa diferencia, hasta que me detuvo de ir a partirle la madre a Matt en el pasillo de comisaría. Por eso quiero que todo siga siendo como va, entonces no le diré del plan tuyo

— ¿Qué? ¿Cómo sabes...?

— Ese tonito que modulaste deja ver que me preguntarías. Y no: no lo va saber porque así lo he decidido. No se lo dirás tú, ni Iria.

— ¿Cómo sabes eso?

— Me voy. Arréglate y llega puntual por una vez al Café.

Al quedarme solo no hago más que lo dicho por Sar: arreglarme para ir al Café.

El Caos de los Chuker © Completa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora